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El sabor bohemio de mercadillo en 500 metros cuadrados

O Feirón se instala cada quince días en la alameda de Eduardo Cabello, al abrigo de la pérgola de Jenaro de Fuente. Sus promotores, Bego y Goyo (Garaje y Sal), aspiran a ofrecer una propuesta que vaya más allá de una simple feria de artesanía. Para ello cuenta con la colaboración de la Asociación de Comerciantes de Bouzas
photo_camera O Feirón se instala cada quince días en la alameda de Eduardo Cabello, al abrigo de la pérgola de Jenaro de Fuente. Sus promotores, Bego y Goyo (Garaje y Sal), aspiran a ofrecer una propuesta que vaya más allá de una simple feria de artesanía.

 O Feirón de Bouzas se consolida en la alameda de Eduardo Cabello con propuestas originales y alternativas

Siguiendo la estela de mercadillos londinenses o del mismo Rastro madrileño, O Feirón surgió en 2012 con el objetivo de ser ofrecer algo diferente. Cada quince días se instala en Bouzas, bajo al pérgola de Jenaro de la Fuente, en escasos 500 metros cuadrados, con una propuesta dominical alternativa.
Ayer, cuarenta y seis puestos acudieron a la convocatoria de sus organizadores, Garaje y Sal. Ropa, artesanía, marroquinería y gastronomía no podían faltar, pero también había anticuarios, libreros o vinilos.
Para los coleccionistas y los amantes de las antigüedades se mostraron piezas como bombas de los años 60 desde 25 euros, matrículas americanas auténticas o verdaderos tesoros para los comic- adictos como el primer número de la edición norteamericana de “Spiderman”, que se vendió por 300 euros. “Somos cuatro socios repartidos por Ohio, Nueva York, Londres y Vigo, y entre nosotros movemos la mercancía, aumentando la oferta”, señaló el responsable de The Retro Vintage que solo trabaja on line o en ferias.
A su lado, otro tipo de coleccionismo, más clásico. El anticuario Carlos García mostraba orgulloso su lagarterana de madera con más de cien años: “Eran las que los madrileños vendían a los americanos; ya casi no quedan”. Entre sus curiosidades muestra un lavamanos con el jabonero a juego o una representación de belcebú: “Se creía que daba mala suerte reproducirlo”. Los libros y los discos también tienen su espacio. Alejandro se desprende de 900 títulos de publicaciones descatalogadas de editoriales gallegas. Mientras La Cueva protegía del sol, más 1.500 discos de música nacional e internacional en vinilo y cd.
Pero como las compras no lo son todo. La música corrió a cargo de dj Gramola, el servicio hostelería de “la Juaquina on the road”, el relax lo puso el yoga de Teresa Richard y la sesión guardería corrió a cargo de Baúl da Tía Tola. O Feirón demostró que no solo es una feria de artesanía: “El objetivo es visualizar otros proyectos”, dice la organización.n

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