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Un reumatólogo investiga 3.600 casos de lupus

El doctor José María Pego, en el momento de recoger el premio.
photo_camera El doctor José María Pego, en el momento de recoger el premio.

El trabajo recibió un galardón y se publicó en una revista británica

 Una investigación del reumatólogo del Complejo Vigués José María Pego Reigosa acaba de ser galardonada por la Sociedad Española de Reumatología por la innovación que supone el análisis de los daños que acumulan los pacientes que sufren Lupus Eritematoso Sistémico (LEES) desde que son diagnosticados de esta enfermedad. El premio fue a la mejor comunicación del año 2015 referida a esta enfermedad.
Para la realización del trabajo el doctor Pego Reigosa estudió 3.658 casos que están registrados como pacientes con LEES en la Sociedad Española de Reumatología. Un registro del que es investigador principal, junto con doctor Rúa Figueroa, del Hospital Universitario Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria. También colaboró a Grupo SIDOR (Statistical Inference, Decision and Operations Research), ligado al Departamento de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Vigo, que lidera Jacobo de Uña.
El daño que sufren estos pacientes son todas aquellas secuelas irreversibles que acumula el enfermo una vez que se le diagnosticó la enfermedad. Dichas secuelas pueden ser consecuencia de la propia dolencia, de los fármacos que se emplean para su tratamiento o de otras patologías asociadas. Las manifestaciones del daño pueden ser aparición de cataratas, infarto de miocardio, accidentes cerebro-vasculares o fracturas vertebrales. “El objetivo del trabajo fue identificar determinados patrones, o clusters, de manifestaciones del daño en un amplio grupo de pacientes con LEES y evaluar la potencial asociación de estos patrones con un mayor riesgo de mortalidad”, explicó José María Pego. Como resultado se identificaron tres clusters. Uno de ellos, caracterizado por la existencia de muy poca o nula presencia de daño; otro caracterizado por la existencia de daño músculo-esquelético en todos sus pacientes; y un tercero caracterizado por la existencia de daño cardiovascular en todos sus pacientes. Se observó que la tasa de mortalidad de los pacientes de los dos últimos grupos era mayor que la de los pacientes que apenas tenían daño. Cuando se analizaron solo los pacientes con una duración del LEES de menos de 5 años, se obtuvieron los mismos resultados.
 

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