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Renfe mantendrá sus servicios pese a que Adif dispara precios

Tren de larga distancia a la espera de salida desde la estación de Vigo-Guixar.
photo_camera Tren de larga distancia a la espera de salida desde la estación de Vigo-Guixar.

El incremento del canon que cobra el organismo a la empresa pública ferroviaria sería una amenaza la continuidad de los trenes nocturnos y el diurno al País Vasco

 El rápido diurno de Vigo a Irún y San Sebastián y los trenes nocturnos a Madrid y Barcelona se encontrarían amenazados ante el incremento del canon que el gestor público ferroviario Adif cobra a Renfe por el uso de vías, estaciones e infraestructuras. 
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha autorizado a Adif un incremento para 2018 en los cánones que el administrador ferroviario cobra a Renfe Operadora, que en el caso de los trenes de larga distancia supera el 170 por ciento, con respecto a las tarifas vigentes en 2017.
El incremento de los cánones afecta igualmente a los seis trenes de larga distancia que prestan sus servicios diurnos con Madrid, a los que se les aplica una subida del 169 por ciento. Pero en estos casos, su alta tasa de ocupación en términos de viajeros y su mayor capacidad minimizan este sobrecoste. En el caso del tren hotel que une Madrid con Vigo, además de Ferrol, A Coruña, Lugo y Pontevedra, con un incremento del 176 por ciento para 2018 y unos costes de explotación del tren que superan los ingresos que genera, pesa desde hace años una constante amenaza de supresión. No obstante, un portavoz de Renfe aseguró de forma terminante que no habrá recortes en los servicios y que todos los afectados por el incremento del canon se mantendrán, entre ellos algunos de los enlaces claves con Madrid. Por su lado, desde Adif, el gestor de las infraestructuras ferroviarias, se indicó que el incremento del canon a Renfe probablemente tendría como contrapartida recortes en otros costes "por lo que en definitiva todo quedaría ajustado", indicó.

recortes
El tren nocturno a Madrid lleva siendo objeto de recortes y reajustes desde hace años. Primero, fue la supresión del servicio de restaurante a bordo y la reducción de las plazas, tanto sentadas como de camas. Después, fue la eliminación del tren los sábados. Más recientemente, el cambio de itinerario, abandonando la línea de Zamora, a la que entraba desde Ourense, donde se enganchaban las ramas de Vigo y A Coruña. La primera sigue pasando por Ourense, pero la de A Coruña ha desaparecido y es la de Ferrol la que ahora se desvía hasta la capital de la provincia para luego seguir por Lugo hasta Monforte, donde se engancha con la rama de Vigo.
En el caso del diurno al País Vasco, con salida de sendas ramas desde las estaciones de Vigo y a Coruña y enlace en Ourense, se trata del único tren en servicio que queda con material convencional, es decir, coches de viajeros arrastrados por una locomotora. La amenaza de suspensión también pesa sobre este tren, por su bajo índice de ocupación, que lleva a que habitualmente salga de la estación de Vigo con un solo coche y de A Coruña con dos.
Por último, el Tren Hotel 921, Vigo-Barcelona, heredero del legendario Shanghai que hacía el mismo recorrido hasta 2009, tendrá un incremento del 171 por ciento sobre cada uno de los cánones vigentes, lo que representa un coste de algo más de 1,44 euros por tren y kilómetro. Al ser el tren de viajeros que realiza el trayecto más largo de toda la red ferroviaria española, el incremento será especialmente significativo.
De los más de veinte trenes nocturnos que llegó a tener Renfe en servicio en la década de 1990, en la actualidad solo opera con tres, dos de ellos con origen o destino en Galicia.

cambios en el modelo
El Administrador de las Infraestructuras Ferroviarias divide su negocio en dos áreas: las líneas convencionales (Adif) y las de alta velocidad (Adif AV). De los 15.326 kilómetros de red que gestiona el Adif, tan solo un 17 por ciento (2.383 km) son de alta velocidad. Sin embargo, en 2016 ingresó por concepto de cánones en alta velocidad más de 507,5 millones de euros, frente a los 106,5 millones de la red convencional. Ese desajuste se compensaba con las subvenciones que Adif recibía de las administraciones públicas, cuyo importe fue en el pasado ejercicio de 584,8 millones de euros. El propósito de Adif es renunciar a las subvenciones y adaptarse a que los costes que generan los servicios sean soportados mediante cánones. n

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