Los promotores mantienen que el proyecto "se hará con toda seguridad" aunque reclaman paciencia para poder garantizar los compromisos en el ámbito, comenzando por la demolición de estructuras
El plan especial de Barrio do Cura logró su visto bueno en junio de 2014 tras diez años de trámites. Parecía que supondría el principio del desarrollo del ámbito, donde se prevén 325 viviendas, la ampliación del Paseo de Alfonso y otras actuaciones claves por su emplazamiento en el centro de la ciudad, pero no ha sido así. De momento, los dos bancos implicados, BBVA y Santander, han prorrogado durante el último año y medio las subastas que penden sobre los terrenos por impago y que, de ejecutarse, echarían por tierra la operación. Una de las pujas incluiría el antiguo asilo de Pi y Margall y otras parcelas y bienes por un importe superior a los 18 millones de euros.
Como explicaron fuentes de la promotora (Valery Karpin y Asociados) el desarrollo sigue encallado en el difícil acuerdo para refinanciar la deuda acumulada, unos 18 millones de euros con los dos bancos. En todo caso, la misma fuente se ratificó en que el proyecto de Barrio do Cura "se va a hacer" con seguridad y que la empresa espera cerrar en cuestión de un mes el acuerdo con las entidades financieras que dará lugar a la entrada de capital ruso en la promotora. "Hasta que los bancos no lo aprueben, no queda otra que esperar", señaló el mismo portavoz.
La continuidad del exjugador del Celta y promotor inicial en el desarrollo del proyecto no está garantizada y dependerá de las condiciones finales del acuerdo con los socios que entrarían en el capital. En todo caso, desde la empresa se mantiene que "sigue nuestro interés por Barrio do Cura, por eso nunca hemos abandonado el proyecto en ninguna circunstancia".
En este sentido, destacó que pese a la crisis de la vivida, letal para el sector del "ladrillo" y con ello para docenas de firmas que han terminado desapareciendo, "ni hemos entrado en concurso ni los bancos han subastado los bienes, como ha pasado en el 90 por ciento de los promotores".
Lo cierto es que aunque BBVA y Santander reclamaron los créditos comprometidos -la financiación conseguida por Karpin y Asociados para comprar las viviendas y terrenos del ámbito- se paralizaron las acciones judiciales antes de que llegaran a la subasta de los bienes, lo que habría significado el fin del proyecto tal y como se entiende y ha sido aprobado. Ahora queda el paso final: refinanciar con nuevo capital. Solo a partir de entonces se iniciaría la demolición de edificios para el nuevo ámbito urbano.n
