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La redacción del nuevo Plan General sufrirá otro retraso

La concejala de Urbanismo, María José Caride.
photo_camera La concejala de Urbanismo, María José Caride.

Desierto el concurso, el Concello lo dividirá en dos lotes para que resulte más atractivo

 El concurso público para la redacción del nuevo Plan General de Vigo (PGOM) quedó desierto, lo que supondrá alargar los plazos para que la ciudad disponga de un instrumento de ordenación que sustituya al Plan de 1993, hoy en vigor tras la anulación del Plan de 2008. Según explicó en una nota la concejala de Urbanismo, María José Caride, esta situación -que ninguna empresa se haya presentado al concurso- respondería a una mezcla a condicionantes que van desde el precio del contrato, a las dificultades del propio Plan -el último documento elaborado en la ciudad tuvo 60.000 alegaciones- o a un escenario legislativo cambiante.


En todo caso, aseguró que el gobierno local ya tiene trazada la hoja de ruta para continuar con el proceso de elaboración del Plan. El primer paso será establecer un contrato simplificado para un vuelo fotográfico que se realizará en junio y que dará soporte a la revisión  cartográfica. Una vez examinadas las valoraciones económicas y adaptado el pliego a la nueva ley de contratos, se procederá a sacar de nuevo el concurso para la redacción del Plan General y de la cartografía. En esta ocasión, este proyecto se separará en dos lotes de manera que podrán presentarse ofertas a la cada uno de ellos o a los


dos en conjunto. El objetivo es que las empresas adjudicatarias puedan estar trabajando en septiembre de 2018.
Caride recuerda en su nota que, al mismo tiempo, el gobierno local sigue trabajando en la ordenación provisional que permitirá recuperar una parte del Plan de 2008 y, por lo tanto, autorizar licencias sobre 23 millones de  metros cuadrados de suelo en Vigo.


Según ya había manifestado a este diario, el planteamiento no pasa por la revisión del Plan 2008, sino por uno nuevo, adaptado a la realidad de la segunda década. El anterior coincidió en su desarrollo con la crisis del "ladrillo" y apenas se pudo implementar. Pero para conseguir la aprobación necesita primero la redacción, lo que llevará al menos un año, y someterse a la evaluación ambiental y el proceso de información. En 2021 máximo tendría que estar listo el PGOM. 

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