Manuel Reigosa (Vigo, 1958) es catedrático de Fisiología Vegetal y ya había ocupado distintos cargos de gestión, entre ellos como decano de la Facultad de Ciencias o vicerrector de Investigación con Alberto Gago. En los últimos años fue la voz crítica más escuchada en los órganos de gobierno. En la Universidad le llaman Pachi, el nombre que lució años como jugador de baloncesto.
Manuel Reigosa vivió el lunes una “noche emocionante” en las elecciones universitarias que le dieron el triunfo como sexto rector de la Universidad de Vigo. No se lo esperaba. Su grupo pensaba terminar el día en un local de la Alameda “pase lo que pase” y él mismo reconoció que estaba preparado para trabajar al día siguiente en la oposición. Emocionante también por la “responsabilidad” que supone llevar las riendas de la institución durante los próximos cuatro años. Brindaron con refresco, nadie había preparado ni pedido champán esa noche. Es el candidato que prometió más nítidamente en campaña poner el énfasis sobre las personas.
¿Qué destaca del resultado?
El apoyo que hemos tenido tan fuerte en todos los sectores de la comunidad universitaria y en los tres campus nos da mucha fuerza, muchas ganas de trabajar y de cumplir nuestros compromisos. Nos hace pensar que la gente mayoritariamente quiere un cambio de rumbo en la institución.
¿Les ha soprendido alguna votación más que otra?
No tenía ninguna expectativa concreta sobre los centros, pero sí que me ha sorprendido que en tantos hayamos sido la opcion mayoritaria, no lo esperaba sinceramente.
¿Qué mensaje recibe?
Que apuestan por nosotros para gobernar de otra forma y poner más el énfasis en las personas, completar nuestras plantillas tanto de personal de administración y servicios como de personal docente e investigador y apostar por soluciones negociadas siempre que haya algún tipo de problemas.
¿Qué reuniones tiene previstas?
Ya tengo fecha fijada para una reunión con el actual rector para empezar el traspaso de poderes. El equipo ya está trabajando, lleva varios meses haciéndolo, en las primeras medidas que tenemos que tomar. Esperamos a la toma de posesión que será aproximadamente dentro de un mes.
¿Cuál es su filosofía sobre el Campus do Mar?
Sobre el Campus do Mar estuve en su génesis. Nos parece muy interesante contar con un edificio a pie de mar, es una situación magnífica y que puede servir muy bien a los fines de la Universidad de Vigo. Lo que pasa es que el plan de usos ahora mismo es fundamentalmente para emprendimiento y nosotros queremos ubicar dos cosas: laboratorios específicos de investigación singulares que sirvan a los grupos de investigación que trabajan en temas marinos y otra es la sede de la ‘Universidad de verano’. Queremos que sea el centro que nos permita hacer formación a lo largo de toda la vida y dar una serie de cursos a egresados y a personas interesadas que no pertenezcan a la Universidad de Vigo. Queremos cambiar un poco los usos.
¿Van a continuar con la construcción de la sede de O Berbés?
En su momento no lo entendí demasiado porque como edificio institucional realmente ya tenemos dos edificios en el centro ciudad, en Torrecedeira, que sirven para los fines propios de la Universidad de Vigo, investigación y docencia, y que durante muchas décadas llevan sirviendo a la sociedad viguesa. Tengo algunas dudas sobre cuál debería ser el uso principal, pero estamos pensando en utilizarlo para servicios cara al estudiantado.
¿Pero sigue adelante?
Sí, por supuesto. Alguna gente nos ha presentado como si fuéramos un elefante en una cacharrería. No, nosotros queremos construir sobre lo ya construido y entendemos que se ha hecho con la mejor intención para servir a la sociedad. Otra cosa es que si en su momento la decisión nos hubiera tocado a nosotros posiblemente hubiéramos preferido que el apoyo para hacer ese edificio se hubiera utilizado para otra cosa, a lo mejor para estabilizar personal que está con contratos no estables o promocionar personal que está con un tipo de contrato y debería pasar a otro, pero no vamos a destruir nada de lo construido. La Universidad de Vigo está bien, no somos una Universidad de segunda, somos de primera, aunque es cierto que nos gustaría jugar en la Champions otra vez.
¿La promesa electoral sobre la reducción de horas de docencia que se aplicó tras el decreto Wert genera dudas en algunos sectores? ¿Hay presupuesto para poder llevarlo a cabo?
Hemos hecho una valoración de la propuesta electoral que llevamos, por la que durante el curso 2019-2020 llevaremos el máximo de horas de docencia de 320 a 280 y si podemos más. Entendemos que 280 horas es la lectura correcta del decreto Wert y, en segundo lugar, consideramos que pasar de 240 sería una cifra demasiado grande si queremos que nuestro profesorado haga docencia de calidad y además investigue y haga transferencia. Hemos valorado cuánto cuesta esto, con los datos disponibles sobre el personal que está cubriendo más de esas 280 horas y como serían las sustituciones. Las cantidades que nos salen dependiendo del profesorado que utilicemos, desde el asociado al contratado doctor, son cantidades perfectamente asumibles dentro del presupuesto ordinario. No hay ninguna duda de que ese cambio se puede hacer. Aspiramos a bajar a lo largo del mandato de esas 280 horas, que es lo que hemos comprometido, hasta las 240, pero iremos viendo cómo evoluciona el presupuesto y las disponibildades que tenemos para el personal.
