Por primera vez coinciden saldos negativos migratorios internos y externos con un descenso de nacimientos
Vigo y la provincia ya se mueven al mismo ritmo negativo que el resto de Galicia y los últimos datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE) -del primer semestre de 2017- señalan una tendencia asentada y que parece acelerarse y que alcanza a la ciudad, al área metropolitana y a la totalidad del territorio. Y todo ello tiene una explicación, o más bien la conjunción de varios elementos: menos nacimientos con saldos migratorios internos (a otras provincias) y externos (al extranjero) coincidiendo en negativo. Una coincidencia absoluta en 2017 que ha dejado los números rojos.
El 1 de enero de 2012, la provincia de las Rías Baixas alcanzó su máxima población en la serie histórica con 954.921 habitantes registrados. Desde entonces, la caída ha sido permanente, sin dientes de sierra, con una pérdida de 13.700 residentes, lo que equivale al 1,5 por ciento del censo máximo, hasta quedar en 941.224 en el registro del INE a 1 de julio de este año: son 2.000 habitantes menos que el 1 de enero de 2017.
En términos concretos, Vigo y la provincia han retrocedido al nivel de hace diez años, cuando había 940.800 personas, aunque en ese momento todavía corría el ciclo alcista.
Los cinco años consecutivos en caída son una auténtica novedad, una anomalía en un territorio que desde mediados del siglo XX no dejó de incrementar habitantes gracias al fuerte imán de Vigo, que de momento se ha estancando y apunta hacia abajo. En este último control parcial realizado por el Instituto Nacional de Estadística, Vigo y la provincia de Pontevedra es donde más cae la población en toda Galicia en términos absolutos, aunque no relativos: en sólo seis meses, Galicia perdió otros 6.554 habitantes, de ellos 2.033 en Vigo y provincia de Pontevedra y el resto repartido entre los 1.661 de a Coruña, los 1.266 de Lugo y los 1.592 de Ourense, que en términos porcentuales continúa liderando el fracaso demográfico gallego y con una tendencia que se remonta a más de 30 años atrás. Ourense tendría ahora 309.986 vecinos y Luego 332.344. La provincia de A Coruña frena algo su caída aunque también lleva cinco años con números rojos.
SALDOS MIGRATORIOS
La clave en el descenso de población está no tanto en el número de nacimientos -que caen año a año- como en el saldo migratorio, que hasta ahora mantenía las cifras contenidas, aunque en descenso. Ahora, la tormenta es perfecta al unirse en negativo las tres estadísticas: bajan los nacimientos, hay más salidas que entradas a otras provincias y comunidades de España y también el saldo con el extranjero está en números rojos. Nunca había pasado una combinación estadística tan letal para la demografía.