Santiago Posteguillo y Ayanta Barilli firmaron ejemplares de las novelas premiadas este año, ambas sobre historias de mujeres
nnn El Premio Planeta 2018 (“Yo, Julia”) y la novela finalista de este año (“Un mar violeta oscuro”) tienen varios puntos en común. Así lo explicaron sus autores, Santiago Posteguillo y Ayanta Barilli, ayer en Vigo, a donde llegaron para firmar ejemplares de sus obras en El Corte Inglés. Ambas son protagonizadas por mujeres y ambas están localizadas en Italia. A partir de ahí, Posteguillo recupera una figura histórica en el Antigua Roma, mientras Barilli se adentra en su propia historia familiar, retrocediendo tres generaciones.
“Es importante construir igualdad de género no solo en el presente, está bien darle una solidez histórica recuperando otros casos de mujeres que los hombres historiadores han jugado a silenciar”, apuntó Posteguillo en una entrevista emitida por Radio Vigo, donde calificaba a su personaje, Julia, madre de los Augustos e iniciadora de una nueva dinastía de emperadores (los Severos) como “inteligente, sin complejos, pero también rencorosa, desconocedora del perdón”. Al preguntarle por su faceta maternal, el autor señala que “si escribiese sobre Julio César o sobre Napoleón nadie me interrogaría sobre su capacidad como padres, pero al ser mi protagonista una mujer sí sale el tema, dejémoslo en que luchó por el poder y lo hizo bien, se enfrentó a cinco emperadores; cualquier gobernante podría aprender de Julia”.
En el otro lado de la balanza, Ayanta Barilli explicó cómo se enfrentó a los tabús de los suyos para reconstruir el pasado olvidado de las mujeres de su familia: La bisabuela Elvira, la abuela Ángela y la madre Caterina a las que complementa con su propia experiencia: “Está basada en los recuerdos vividos y en los sobrevenidos; quería conocer mis orígenes, de dónde vengo y sacar a la luz a estas mujeres para entender quiénes fueron y quién soy yo; siempre me interesó mucho más el pasado que el presente”, declaró Barilli. En su intervención, la finalista comentó el extraño suceso que le aconteció mientras escribía el libro y que recoge en la novela: “Al volver a casa de la emisora, pasadas las tres de la madrugada, durante tres noches seguidas empezó a sonar a la misma hora desde el ordenador ‘El Cascanueces’, fue un poco aterrador, pero fascinante al mismo tiempo”. Barilli, hija del también escritor Sánchez Dragó, compartió como su padre cuando se enteró que había quedado finalista lloró de emoción durante días.
La buena sintonía de la que hicieron gala Posteguillo y Brarilli, en Vigo les llevó a proponer como posible localización de una firma de libros conjunta el mismísimo arco de Séptimo Severo, en Roma, escenario de ambas novelas.n
