La Real Filharmonía de Galicia bajo la batuta de Baldur Brönnimann, regresó ayer a Vigo. La orquesta ofreció una nueva sesión de la temporada clásica, bajo el auspicio de la Sociedad Filarmónica de Vigo en colaboración con la obra social de Afundación.
Entre el repertorio de la noche a los autores consagrados como Franz Joseph Haydn, Maurice Ravel y Franz Schreker, se unió una obra de un compositor contemporáneo, el catalán Marcos Fernández-Barrero. Con su pieza “Nocturno sinfónico”, implicó a todas las familias orquestales en lo que simuló un “caos ordenado”.n