La Semana Santa de Vigo se organizará quizá por último año: avisan que faltan brazos, voluntarios y este año compite el Jueves Santo a la misma hora con el partido de la Europa Liga en Balaídos.
nnn Ángel Dorrego, coordinador de la Semana Santa de Vigo, presentó los actos para este año con un mensaje trágico que se repite: “Este año habrá procesiones, para el próximo no podemos garantizarlo”. Las razones son las mismas, los organizadores se hacen mayores y no hay relevo, así que salir a la calle, lograr manos para vestir a los santos o costaleros para empujar los carros con las imágenes –ni soñar con llevarlas al hombro, salvo en Bouzas, donde hay "cantera"- resulta cada vez más difícil. “Este año habrá, ya veremos en 2018”, insistió Dorrego. Para complicar todavía más el panorama, y a la espera de reunir todos los brazos necesarios para poner en marcha las manifestaciones religiosas de Jueves y Viernes Santo –hacen falta al menos 45 y de momento cuentan con 40- en esta ocasión tendrá la Semana Santa un doble y difícil rival: por un lado, la amenaza de lluvia, que de confirmarse llevaría a anular la salida de los santos; por otra, que el Jueves Santo y casi a la misma hora el Celta disputa un partido clave de cuartos de final de la Liga Europa, frente al Genk belga. “Esperemos que haya para todos, para los que van a ver el fútbol y para los que quieren las procesiones. Si no va a haber gente por la calle siguiendo los pasos, no valdría la pena", explicaron.
A su lado, los representantes de las hermandades y cofradías que organizan la Semana Santa viguesa, que como siempre tendrá como su mejor momento la bendiciíon del Domingo de Ramos el domingo 9 de abril, con salida a las 11,45 desde la iglesia de María Auxiliadora por Ronda de Don Bosco, Falperra y Paseo de Alfonso y llegada a la Porta do Sol, donde a las 12,45 se hará la bendición ante los niños, que es un acto multitudinario. Pero único para la festividad en la ciudad. Y más tragedia: se han quedado sin el local donde guardar los pasos de la Cofradía de Santiago de Vigo. Y el estado de los carros urge una reparación a fondo "pero no hay dinero ni para una cosa ni para la otra", señalaba resignado Ángel Dorrego. A su lado, la representante de una hermandad de mujeres latinoamericanas y africanas, la más reciente, envió un mensaje en positivo. "Somos muchas y tenemos fe para mantener la Semana Santa en Vigo, aunque muchos inmigrantes ya se han ido de la ciudad", explicó. n
