La prima de Sissí yace en Teis

Sostiene Antonio Abellán, que "El tesoro escondido" es el primer libro que se hace exprofeso sobre el monasterio de las Salesas de Teis, una orden del siglo XVII que llegó a Vigo en 1927. El edificio lo pagó la duquesa de Santa Lucía, en plena postguerra, en 1946: un encargo a Antonio Palacios, quien ideó un proyecto de tal magnitud que finalmente quedó diluido por cuestiones económicas y sólo se construyó un pabellón. "La comunidad era de Vizcaya, fueron a Tui en 1923 y en cuando llegó la fundadora en 1927, Margarita de Henestrosa, se marcharon al chalé de Carlos Bárcena, que se uso como primer monasterio, hasta que en 1933 el obispo Eijo Garay les apoyó", cuenta. El libro se presenta mañana en el Centro Social Afundación a las 19,30. 
El nombre "El Tesoro Escondido", señala, tiene una doble intención: "Es un tesoro espiritual entre muros monacales, y un homenaje al arquitecto Palacios, que tiene una obra muy desconocida en Vigo, ahogada entre las construcciones, pese a que es un BIC". A su lado hay un geriátrico construido en una parte de la huerta del monasterio que aportó una cantidad de dinero que ha permitido mantener la comunidad de religiosas. "Hasta ahora vivían de la encuadernación, que tenía mucho prestigio, y de la confección y la venta de flores, pero  ahora son mayores y sólo continúan con la huerta". A su lado se encuentra el cementerio de la comunidad, y ahí surge la sorpresa: la duquesa de Santa Lucía era una prima de la emperatriz austro-húngara Sissí, aunque -precisa- "era hija ilegítima", y fue la benefactora del monasterio. Aunque vivía en Madrid, por expreso deseo quiso ser enterrada en las Salesas. Allí están sus restos. 
La orden de las Salesas nace con san Francisco de Sales  y añadieron "Reales" al convento de Madrid, que contaba con protección de los reyes. También se emplea en Vigo sin que sea del todo correcto. En Galicia hay otro, en Lugo.
En los años cincuenta llegaron a ser medio centenar de monjas. Hoy sólo que dan ocho, la mayoría mayores, salvo dos de Lugo y Vitoria más jóvenes. "Y Bernardita la hermana portera, con contacto exterior, que representó a la comunidad en Roma en la beatificación de las mártires salesas de Madrid", señala Antonio Abellán. 
La clausura de la salesas es la más estricta de todas las existentes, la denominada "papal", y no les está permitido salir al exterior salvo en determinadas circunstancias como una intervención médica, ahora hasta tres meses, si lo permite la madre superiora. Su horario es de Ora et Labora y se mantiene estricto. 
Otra historia real que cuenta el libro de Abellán la protagonizó Alfonso XIII en septiembre 1927 en su tercera visita a Vigo, cuando vino a inaugurar la sede del Círculo Mercantil. Estando en la colegiata ante el Cristo de la Victoria se enteró de que una mujer, Margarita de Henestrosa, que formaba parte de una familia aristocrática que conocía porque veraneaba en San Sebastián era monja en Vigo. Era a quien el obispo Eijo Garay, vigués, había invitado a fundar un monasterio en su ciudad, lo que pudo hacer gracias a la herencia recibida de sus padres. El rey se puso en contacto con el alcalde de entonces, que cogió a la religiosa  en su coche para llevarla al acorazado "Jaime I", donde se alojaba el monarca, quien estuvo durante tres horas con Henestrosa. 
Escribir el libro le llevó el libro cuatro años de trabajos de un equipo del que Abellán explica que fue el coordinador. Señala entre las personas que más directamente colaboraron a Carmen Ferrer, Ermitas Cabaleiro, Luis Parreño y Camilo Rial, con fotografía.