La Policía mantiene abierta la investigación pero maneja la hipótesis de que el hombre actuó en solitario
Vigo vivió ayer un viernes negro con la muerte de una joven agente de la Policía Nacional y un subinspector gravemente herido tras el atraco a una sucursal bancaria de O Calvario que finalizó con un intenso tiroteo que también acabó con la vida del asaltante. El bautizado como “Black Friday” por las superficies comerciales –que ayer ofrecían grandes descuentos– iba a marcar el inicio de las fiestas navideñas con el encendido de las luces pero la celebración fue cancelada y en su lugar se bajaron las banderas a media asta y se decretaron dos días de luto en la ciudad tras el fallecimiento de la agente Vanesa Lage, de 36 años de edad, que recibió un disparo mortal en el cuello.
Su compañero, el subinspector de la Policía Vicente Jesús Alló, de 41 años, recibió cinco impactos de bala, cuatro a órganos no vitales y otro al pulmón, por lo que fue operado de urgencia. Al cierre de esta edición se encontraba crítico pero estable dentro de la gravedad de su situación. “Está luchando por su vida”, explicaba a última hora de la tarde en rueda de prensa el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, que confirmaba el “complicado” estado del policía.
llamada a emergencias
Una llamada al 091 alertaba a las 14:30 horas de que se estaba produciendo un atraco en una sucursal de Abanca en el número 47 de la calle Doctor Carracido, en O Calvario. Enseguida se personó una patrulla de la Unidad de Prevención y Reacción con dos agentes que comprobaron que el atracador estaba armado dentro de la oficina por lo que se hicieron a un lado en el exterior esperando a que llegasen refuerzos. El delincuente, que ya había conseguido su botín, se percató de la presencia de los agentes y salió utilizando como parapeto a la subdirectora de la sucursal y disparando repetidamente contra los agentes con un arma del calibre 9 Parabellum.
En medio de este tiroteo la testigo, que resultó herida leve en un brazo, logró zafarse del atracador, que enseguida recibió los disparos de los policías de una segunda patrulla que acababan de personarse.
El asaltante murió en el acto tras recibir el impacto de cerca de una veintena de balas y quedó tendido en la calle mientras iban llegando una decena de patrullas y un helicóptero comenzó a sobrevolar la zona. El intenso dispositivo policial despertó la curiosidad de cientos de vecinos que se acercaron hasta la zona, acordonada y en la que la policía científica trabajó hasta el final de la tarde recogiendo pruebas y marcando las decenas de casquillos de bala –hasta 37– desperdigados por el suelo. El levantamiento del cadáver no se produjo hasta las 17 de la tarde, una hora en la que ya se habían personado en el lugar el comisario de la Policía Nacional, responsables de la Policía Local y el alcalde, que anunciaba in situ la suspensión del encendido navideño y el luto en la ciudad.
Entre los cientos de vecinos, decenas de periodistas, cámaras y fotógrafos buscaban información y testigos del trágico suceso, que también estuvo muy presente en las redes sociales, con las primeras imágenes tras el tiroteo, grabaciones de audio de los disparos e incluso fotografías del atracador fallecido realizadas desde el interior de la sucursal y de las viviendas más próximas.
Tras una rueda de prensa, en la que el delegado del Gobierno no pudo confirmar la identidad del atracador, se filtró a través de la Agencia EFE que se trataba de un hombre de nacionalidad española, Enrique Lago Fariñas, de 50 años de edad y con numerosos antecedentes policiales por robos con violencia y conocido como “el escayolista”.n
