un joven provocaba los incendios para ver en acción a los medios aéreos sobrevolando la zona del fuego
nnn El perfil del pirómano no ha cambiado a lo largo de los tiempos. Por lo general se trata de una persona que vive en las proximidades del lugar en el que se originó el incendio, que conoce bien la zona y que tiene algún tipo de interés o conflicto con el entorno. Conocer esa motivación es, para los agentes del Seprona, uno de los puntos más importantes de toda investigación. El teniente Lago Lusquiño comenta que la investigación se inicia "lo antes posible y en ella hablamos con todo el mundo, pese a que en los pueblos es difícil que los vecinos hablen porque la cultura del fuego que hay en el rural gallego les hace sentir que determinadas prácticas no son delictivas". Uno de los casos más curioso que se encontraron en los últimos años tuvo lugar en Tomiño. En septiembre del 2013 el municipio fue escenario de varios incendios forestales. Las investigaciones permitieron detener a un joven de 22 años al que se le imputaron 16 incendios intencionados. El motivo que había de aquella actividad era, cuando menos, sorpresivo. El joven tenía su habitación cubierta de fotos de medios aéreos en acción. Al parecer, su motivación era que le gustaba ver a las aeronaves sobrevolando la zona en el combate a las llamas. n