“Pido a la Virgen por lo que de verdad preocupa a las mujeres”

n n n  Irene Garrido fue la encargada de colocar un ramo de flores a los pies de la Virgen de la Amargura. Elegida por la Cofradía de Nuestro Señor del Silencio realizó la ofrenda en nombre de todas las viguesas: “Hay mucho por lo que pedir y con mi aportación quiero llegar a todas las mujeres”, aseguró Garrido.
En el ofertorio de la misa solemne oficiada la iglesia de Santiago el Mayor de Vigo, sede de la Cofradía del Silencio, Garrido tomó la palabra para hacer su plegaria colectiva: “Pido a la Virgen por lo que nos preocupa de verdad a las mujeres en los ámbitos sociales, familiares y laborales desde el punto de vista de madre y de viguesa”.
La elegida recibió el encargo con gratitud: “Es un orgullo y al mismo tiempo una responsabilidad”, aseguró. Se declara católica practicante y participa habitualmente en la Semana Santa desde su parroquia de San Francisco de Asís, aunque reconoce que es  “más de oficios y no tanto de procesiones”. Apunta que “este domingo participamos toda la familia en la bendición de las palmas por parte de nuestro párroco, el padre Miguel”. Lamenta que el delicado estado de la imagen de su iglesia, el Cristo de las Tres Gracias, le impida salir en procesión este año, pero señala que “lo veneraremos en nuestro templo”.

tradición de décadas
La ofrenda floral a la Virgen de la Amargura (mañana la Dolorosa) fue impuesta a comienzos de los años 50 por la primera presidenta de las Damas del Silencio, María Núñez Paz, que contaba como presidenta de honoraria con Leonor Ortiz, madre del primer cofrade vigués del Silencio que llegó a obispo (José López Ortiz). Por entonces las mujeres y los hombres de la Cofradía se organizaban de forma independiente. Desde entonces la Cofradía escoge entre tres o cuatro candidatas a ser oferentes de la Virgen por medio de sorteo, para evitar designaciones directas. La ofrenda a la Virgen de la Amargura del Miércoles Santo prepara la atmósfera con la que saldrán hoy las procesiones de la Pasión.n