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Pereiró, un escenario singular

Concepción Arenal (Ana Martín) fue la primera en recibir al grupo y guiarlos en un recorrido por los panteones de la burguesía viguesa, empezando por el suyo, obra de Gómez Román.
photo_camera Concepción Arenal (Ana Martín) fue la primera en recibir al grupo y guiarlos en un recorrido por los panteones de la burguesía viguesa, empezando por el suyo, obra de Gómez Román.

La temporada de cementerios comenzó ayer con la primera de las rutas del Concello, que agotaron el cupo disponible para los 21 días antes de empezar. Mañana tendrá lugar un recorrido literario por el camposanto.

n n n Con el Samaín y la celebración de Todos los Santos, la actividad regresa al cementerio. Ayer comenzaron las visitas guiadas por Pereiró, organizadas por el Concello, en estas fechas. A pesar de que este año se aumentó la oferta, con 21 días de ruta, las plazas ya se agotaron. Los veinticinco primeros visitantes acudieron puntales a la cita.  En la puerta del camposanto les esperaba su primera anfitriona, Concepción Arenal (Ana Martín) para iniciar el recorrido en su mausoleo, una monumental construcción vertical, obra de Gómez Román, que entre sus curiosidades incluye la placa de un equipo de fútbol uruguayo. 
Del mundo de los muertos también regresaron otras dos mujeres que marcaron la vida social y cultural de la ciudad: la marquesa de Valladares, María de los Milagros Elduayen (Miriam Souto) e Irene Ceballos (Noelia Fernández), la mujer del benefactor Policarpo Sanz, que dio nombre al primer instituto de Vigo. “Las familias que construyeron edificios monumentales en la ciudad también demostraron su grandeza con la construcción de magníficos panteones en Pereiró”, apuntó Ana Martín, que como sus dos compañeras son guías profesionales de la empresa Aguias de Vigo, responsables del itinerario por la necrópolis. Según fue transcurriendo el paseo, se hizo de noche y la comitiva encendió los farolillos, dándole al conjunto un aire con la Santa Compaña.
Además de la burguesía, también se asomaron a las tumbas de la aristocracia viguesa, vinculada a los Quiñones de León. En este contexto, el grupo se adentró en la cripta de la capilla. Totalmente realizada en mármol blanco estaba destinada a acoger las tumbas de la familia, pero que nunca fue ocupada.
Los héroes de la Reconquista no podían faltar, resucitando al propio Cachamuíña, Bernardo González del Valle, interpretado por Alejandro. Explicó cómo, a iniciativa de Hijos de Vigo, sus restos fueron trasladados en coche desde su localidad natal, junto a Ourense, y depositados con todos los honores en el cementerio vigués.
El coche fúnebre de 1938, un Doge D-5, “Carnero”, con matrícula PO-5899, fue otra parada obligada. Fue adquirido por el gobierno local en 1940 por 20.000 pesetas y durante décadas transportó a los difuntos al cementerio municipal. Finalmente, el cementerio civil, con republicanos represaliados como Heraclio Botana; ateos declarados como Carlos Oroza o fieles de otras religiones como náufragos alemanes conforman la zona más recogida de Pereiró. Como despedida se entregó a los participantes en la ruta una rama de olivo, símbolo de la paz y de la propia ciudad.
Mañana, a las 11 horas, también organizado por Aguías de Vigo, y a iniciativa de la Diputación de Pontevedra, se volverá a recorrer el cementerio. En esta ocasión en búsqueda de las huellas literarias.n

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