Seis meses después de las elecciones municipales, Elena Muñoz, antes conselleira de Facenda, después candidata del PP en Vigo y hoy portavoz municipal de su grupo, se muestra mucho más segura del suelo que pisa y con las ideas claras sobre el futuro.
Del pasado apenas quiere hablar, aunque de su paso por la Xunta señala las enormes dificultades con las que se encontró para ajustar las cifras presupuestarias, “cuando pasamos de ingresos de 12.000 millones a sólo 8.000 millones”.
¿Ya tiene claro qué pasó hace seis meses, con la derrota absoluta del PP en las municipales?
Creo que lo que pasó fue resultado de un alejamiento de los problemas de los ciudadanos o al menos que los ciudadanos creyeron que el PP se había alejado. El resultado fue el reflejo de esa percepción.
¿Y todavía piensa en ser alcaldesa?
Por supuesto.
¿Tiene claro que volverá ser candidata en 2019?
Eso lo dirá el partido, yo estoy a disposición.
También dijo que quería ser presidenta local del PP.
Yo me comprometí con todos los vigueses a que fuera cual fuera el resultado estaría cuatro años en la Corporación, es mi compromiso y sigue siéndolo. Pero ahora está todo parado, no toca hablar del congreso local sino de trabajar para las elecciones y contar lo que ha hecho el PP en estos cuatro años difíciles, cómo estaba España y cómo está y qué queremos seguir haciendo.
¿Hay previsión de fecha para el congreso local o toca esperar?
La dirección del partido dijo que tras las elecciones se celebrará.
¿Pero continúa pensando en ser presidenta?
Dije cuál era mi intención, sigo con la misma idea, pero ahora no tengo la cabeza en eso.
¿Es la oposición tan o más dura de lo que esperaba?
Es dura pero también me resulta gratificante estar tan en contacto con los ciudadanos y poder hablar con ellos. En otros ámbitos no se da, en lo local sí es positivo y extraordinario, el balance es positivo.
Ha pasado medio año del tercer mandato de Caballero, primero en mayoría. ¿Qué le parece?
Sinceramente creo que ha sido decepcionante. Tras haber tenido un apoyo electoral tan grande no está a la altura de la confianza recibida, porque en seis meses el gobierno local está parado. Ha hecho menos con 17 concejales que nunca, no se han tomado decisiones importantes y si preguntamos a un vigués qué ha hecho es que ha puesto dos dinosetos y ha usado la mayoría para silenciar a la oposición y evitar que se exprese. No quiere escuchar otra opinión que no sea la suya y eso es muy malo para una democracia. Hay que saber escuchar, también representamos a los ciudadanos. Hemos trabajado de forma constructiva, con propuestas, como en los presupuestos, que hemos presentado enmiendas y ni siquiera han querido discutirlas. Se equivocan en las formas, la mayoría no es carta blanca y olvidan que hay que gobernar para todos, porque los representantes políticos somos los empleados de los ciudadanos y no estamos por encima de nadie.
Si fuera alcaldesa, ¿qué haría?
Por lo pronto bajaría los impuestos y no subirlos como hará el gobierno local en 2016. Apostaría por las necesidades sociales, por colectivos sociales y vecinales que están perseguidos por el gobierno local. Hay que apoyar a los que notan más de cerca la situación de las personas. No me escudaría en la mayoría para no dar cuenta de mi gestión, que incluso está cuestionada por los jueces, como vemos ahora, y aplicaría una verdadera trasparencia a todos los contratos del Concello dando información a todos los ciudadanos y grupos. Trabajaría para que Vigo fuera igual para todos, para el centro y las parroquias. Ahora se abre una brecha.
¿Qué le dicen en la calle?
La verdad es que siempre recibo muchos ánimos y me dicen que siga trabajando.
¿Cree que habría que limitar el número de mandatos?
Desde el respeto a los demás, mi opinión es que uno no puede estar indefinidamente, debe haber una etapa, y tras ella cerrarla, hay que saber marcharse. Espero saber marcharme y dar paso a otras personas con ideas renovadas.
¿Por ley o voluntario?
Creo que si fuera por ley se quitarían las incertidumbres. Sólo puedo dar mi opinión personal, uno no se puede perpetuar en el poder y pensar que es la única persona capaz de servir a los intereses generales.
¿Funciona bien el Concello?
He estado 15 años en una administración y el Concello tiene importantes problemas de gestión. Hay continuos retrasos y falta gente en servicios sociales, están paralizados expedientes como el cheque social. Diría que en el Concello hay problemas de gestión y de personal que hay que atajar, hay que organizar.
BNG y PP, que pactaron con Caballero, recibieron sendos varapalos en las urnas. ¿La conclusión es “no” a los pactos?
En todo pacto hay que explicar por qué se hace y cuál el objetivo. En el caso del pacto presupuestario se monopolizó por el gobierno local y los ciudadanos no supieron que gracias a la generosidad del PP, que no pensó más que en el bien de los ciudadanos, se bajaron impuestos o se desbloqueó la luz del hospital.
¿Se cumplió aquel acuerdo?
Parcialmente. Hay una parte que no, como el recibo del agua. Tenía que pagarse por consumo, y no por ese tope fijo a día de hoy. Uno de los problemas de Vigo es el contrato de Aqualia. Se hizo una prórroga absolutamente oscura, que garantizaba cinco años más a la concesionaria, y con cargo a esa prórroga se hacen actuaciones que dudamos que sean legales, como los olivos y dinosetos, eso no están relacionadas con el objeto del contrato. No se puede insultar a los vigueses diciendo que esos setos son a coste cero. No son a coste cero, los pagan los vigueses con su recibo del agua. Es injustificable.
Con la operación Patos en los juzgados, ¿los que vayan a un juicio deben dimitir?
Creo que el PP es muy claro y coherente con lo que dice y hace: cuando se pasa a juicio oral debe tener consecuencias.
¿Sería bueno que hubiera más de un candidato en el congreso del PP local?
Creo que no tiene por qué ser malo que haya más de un candidato, es bueno para la democracia que pueda haber diferentes opciones y opiniones, puede enriquecer y puede ser positivo.
¿Qué espera de Vigo en 2016?
Es un año muy importante porque habrá elecciones que decidirán el futuro del país, y eso afecta a inversiones pendientes. Es un año de elecciones autonómicas y también afectará a la ciudad. Vigo debe liderar la recuperación económica, esperemos que arranque el Área Metropolitana,y tendremos el hospital a pleno rendimiento.
¿Se gestionó bien la apertura del Cunqueiro o fue precipitada?
Poner en marcha una gran infraestructura como ésta que exige reorganizar todo es muy complejo. Quizá ese proceso se podría haber hecho de forma más lenta para dar tiempo a todos los servicios a tomar contacto y adaptarse a los procedimientos, pero los problemas en el traslado, que podría ser más lento o rápido, no pueden poner en duda, como hacen algunos, la necesidad del hospital, que es máxima. Hay que separar los problemas a solucionar de la importancia de este hospital para la ciudad.
