La Cofradía entregó 41 medalla a los recién llegados, que muestra el fervor a la imagen
La devoción al Cristo de la Victoria no tiene edad, ni condición. Eso aseguran desde la Cofradía y ayer quedó nuevamente demostrado durante la entrega de medallas a los nuevos cofrades, que tiene lugar el viernes previo a la procesión. “Nunca sabemos hasta el último momento el número exacto porque hasta horas antes recibimos solicitudes”, aseguran. Este año no fue una excepción. Comenzó el día con 35 altas y finalmente se concedieron seis más.
Gabriel González, vecino de Vigo, de 26 años, fue uno de los que recibió el distintivo. “Llevo cuatro años acudiendo a la procesión con mucha devoción y cuando me propusieron formar de la Cofradía no me lo pensé; es un momento de mucha emoción”. Gabriel es el primero en su familia que se convierte en cofrade. Asegura que “lo vivo con mucha intensidad, creo en el Cristo porque me concedió lo que le pedí”.
Quiere que dejar constancia de su amor y asegura que celebrará su ingreso en la Cofradía tatuándose a la imagen en un lateral: “Aún estoy pensando si en la pierna o en el brazo”, confiesa.
La tradición del Cristo pasa de generación en generación. En las familias de los cofrades se siente la devoción de una manera muy especial. Así, dos niños estaban incluidos en la lista de solicitantes. Bela Sotelo, con cinco meses, fue la admitida más joven. Sus padres pidieron ese privilegio cuando apenas era una recién nacida. “Es una emoción muy grande porque para nosotros el Cristo es importantísimo”, asegura su madre Arantza González. Pertenece a la hermandad desde hace dos años; Su marido, hace 26 años.
viguesa distinguida
La Cofradía tiene más de mil cofrades y mueve a cientos de miles de fieles el día de la procesión. En 2008, coincidiendo con su 75 aniversario recibió el título de Viguesa Distinguida. Fue constituida en 1933 por el obispo Antonio García García. Desde entonces se encarga de los actos relacionados con el Cristo de la Victoria. La imagen que apareció flotando a la altura de las Cíes. Fue recogida por un carguero de Sal, al que le atribuyen haber salvado de naufragar. Se convirtió en el protector de la ciudad ante los franceses en la Reconquista. Hoy sigue moviendo miles de devotos.n
