El “Nautilus” navegó ayer de nuevo por la Ría de Vigo en la búsqueda, una vez más, de sus insondables misterios.
En esta ocasión, el buque estuvo dirigido por Ismael, capitán de la embarcación, que llevó a un grupo de autoridades expertas en la materia. No faltaron Eduardo Rolland, Piero Gondolo o Angès Marcetteau, entre otros protagonistas estos días en las jornadas sobre Julio Verne.
La expedición partió del Náutico tras la ofrenda floral en la estatua homenaje a Julio Verne. En el trayecto, el guía y presidente de “Ocean Secrets”, Andrés Blanco, narró la historia de la Batalla de Rande y cómo el escritor francés la incluyó en su libro. También hizo un repaso por la tecnología empleada en aquella época y mostró el robot “Nemo”. Esta unidad, que puede emitir vídeo en directo, tiene dos cámaras de alta resolución que permiten observar el fondo del mar.
El capitán marcó el rumbo hacia el centro de la Ría, mientras a babor y estribor pasaban múltiples veleros del Náutico. Llegando ya a Cangas, el “Nautilus” amarró a una batea. Desde ese punto, los responsables del barco sumergieron a Nemo, que puede descender hasta cien metros emitiendo señal en directo. Controlado con un mando de videoconsola, mostró las cuerdas a las que se pegan los mejillones y la biodiversidad de la Ría: anémonas, arañas de mar, estrellas y nécoras recorren el fondo de las aguas viguesas en búsqueda de restos de mejillones. Para Andrés Blanco, es esta fauna “el auténtico tesoro de la Ría”.
En un recorrido normal, como los que hará hoy la empresa, el buque enfila su rumbo también hacia el puente de Rande y las islas Cíes. En ambos puntos se pueden detectar restos de pecios hundidos. “Es como hacer una expedición arqueológica en directo”, contó el presidente de Ocean Secrets.
Al regresar hacia el pantalán, el guía explicó a los viajeros los orígenes del puerto y los rellenos que se hicieron para dar mayor cabida a la mercancía. Y aprovechando que el Castro queda en lo alto, contó la historia del primer asentamiento castrexo y como los romanos, tras llegar a Vigo, lo convirtieron en puerto comercial. n
