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Natalia Costas logra una beca frente a 5.000 aspirantes

Natalia Costas, durante sus vacaciones en la Rivera Maya en agosto del año pasado.
photo_camera Natalia Costas, durante sus vacaciones en la Rivera Maya en agosto del año pasado.

Cursará diez meses en Canadá con una bolsa de la Fundación de Amancio Ortega. Con una media de 9,2, estudia una hora y media al día

nnn Natalia Costas es la única viguesa seleccionada este año entre  5.000 candidatos de toda España por la Fundación Amancio Oterga. Será una de los cien becados (solo tres gallegos) para estudiar el curso que viene en Canadá. Alumna de la Escola Rosalía de Castro, estudia una hora y media al día, los fines de semana, un poco más. Su media de tercero de la ESO, un 9,2, le ayudó a pasar la primera criba, quedando entre los 600 aspirantes. El dominio del inglés le hizo pasar a la siguiente fase con 300 finalistas más. Consiguió la beca por la impresión que acusó en una entrevista por Sky también en inglés, explicando los motivos por los que le interesaba la beca y en la presentación oral contando las experiencias vividas en un viaje a Egipto con sus padres. “La verdad es que no tenía muchas esperanzas de conseguirlo, porque antes había solicitado otra bolsa similar para Estados Unidos y me quedé en lista de espera”.
Se acerca el día del viaje, el lunes saldrá hacia Madrid donde acudirá a unos cursos orientativos para partir hacia Toronto el miércoles: “Estoy un poco nerviosa porque ya queda muy poco tiempo; cuando me la otorgaron lo tomé con mucha tranquilidad, fue en abril y aún lo veía muy lejos”, reconoce Natalia, mientras ultima los preparativos de su equipaje. Hace una semana que conoce el nombre de la familia con la que va a vivir los próximos diez meses y el instituto donde va a estudiar. Será en Orillia, una localidad entre dos lagos a dos horas de Toronto. 
Nada más saber su destino, buscó información, llevando alguna que otra sorpresa: “Por lo que pude ver en internet, en invierno llegan a los 20 grados bajo cero por lo que voy a pasar un poco de frío”. Por el momento no sabe qué estudiar cuando acabe el bachillerato y espera que esta experiencia le ayude a decidirse, ya que “las asignaturas están más enfocadas a la práctica, mezclando las disciplinas”, señaló.
El 2 de septiembre empezará las clases en el instituto canadiense. Sus padres, sus dos hermanas y sus amigos la apoyan en esta experiencia, “aunque dicen que me van a echar mucho de menos”. Pasará diez meses sin volver a casa, pero espera alguna visita de la familia.
“Lo que me va a resultar más difícil es dejar la natación sincronizada, entrenaba todos los días y competía”, reconoce Natalia, para quien tener poco tiempo, le ayuda a concentrarse: “Todo se puede compaginar”.n

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