El agresor, que se pegó un tiro en la cabeza, conocía a la víctima y a su hermano desde hacía veinte años
El hombre que el viernes a última hora de la tarde descerrajó dos tiros al dueño de un taller de Ramón Nieto, en Cambeses, falleció ayer por las graves lesiones sufridas tras dispararse a sí mismo en la cabeza. Fuentes cercanas al caso aseguraron que J.B.C., de 47 años, ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Xeral en estado crítico que desencadenó en muerte cerebral.
La Policía estuvo custodiando al agresor en el centro hospitalario hasta su fallecimiento definitivo a primera hora de la tarde.
La investigación policial no podrá contar con el testimonio del propio agresor, si bien los agentes han encontrado un nexo de unión entre este individuo y la víctima y que se remonta a los años 90 cuando J.B.C. mantenía una amistad con Ángel y su hermano Antonio, conocidos como los “gemelos de Cabral”. Precisamente esta relación se remonta a la época en la que la víctima residía en la parroquia anexa a Lavadores donde era mucho más conocido, de ahí que en la zona de Cambeses nadie supiera del agresor.
La Policía abrió varias líneas de investigación para poder esclarecer el móvil del crimen si bien cobraría fuerza la hipótesis de la venganza por un antiguo conflicto entre ambos. Los agentes examinaron los antecedentes del hermano de la víctima, relacionados con el tráfico de drogas. De hecho, en 2009 fue juzgado en la Audiencia de Vigo como miembro de un grupo de vendedores de heroína a pequeña escala y la condena fue rebajada debido a los problemas de toxicomanía que sufría por aquella época.
Si bien desde un principio los agentes descartaron el ajuste de cuentas como móvil del crimen, fuentes del caso aseguraron que los problemas que podrían haber derivado en un enfrentamiento personal entre ambos podrían estar relacionados con ese ambiente.
No obstante no se descartan de momento otras líneas de investigación.
Los gemelos de Cabral eran muy conocidos en la parroquia a la que deben su apodo. Hace años, quienes les conocen, relatan que habían llegado a tener varios negocios juntos, entre ellos un bar y también un auto lavado similar al que hace unos cinco años había abierto en Cambeses la víctima.
Con esta empresa, Ángel habría conseguido comenzar una nueva vida. Contaba con dos ayudantes en un negocio que tenía gran aceptación en la zona, donde se asegura que era muy trabajador. Además de limpieza de vehículos, en el taller se hacían reparaciones así como venta y cambio de neumáticos.
Padre de dos hijas, este hombre de apenas 50 años será enterrado en los próximos días tras la autorización judicial una vez que fue sometido a la autopsia.
La investigación continúa para atar todos los cabos.n
