Compañeros del entrenador, que negó los hechos a la Guardia Civil, muestran su sorpresa y el centro escolar desvincula lo ocurrido con su alumnado.
La noticia sobre la detención de Ernesto Nicolás B.R., de 38 años, acusado de corrupción de menores y ciberacoso sobre 13 niñas, ha caído por sorpresa tanto entre los que fueron compañeros en el colegio Santiago Apóstol en el que entrenaba a un equipo de baloncesto femenino como quienes lo conocían. El propio centro escolar aseguraba que durante el tiempo en el que desarrolló su labor como entrenador, su conducta no presentó ninguna irregularidad ni dio lugar a ninguna queja, sospecha o reclamación. La dirección también señaló que los hechos presuntamente ocurridos no se produjeron en el centro ni tuvieron relación con el alumnado.
Fuentes de la investigación señalaron que si bien no serían alumnas del centro, las víctimas de Vigo, ocho de las cinco, sí eran del entorno en el que se movía, ya que incluso llegó a quedar con alguna de ellas para pagarle las fotos de contenido íntimo que él obligaría bajo amenazas a que se hicieran.
El detenido, que reside en la zona de Teis, entró en prisión en septiembre, sin que la causa por la que fue detenido hubiera sido pública entre el vecindario o conocidos. En la cárcel de A Lama, se encontraría sometido a una especial vigilancia por motivos de seguridad con el resto de presos.
Según la Guardia Civil, el vigués tenía en su poder más de 800 archivos pornográficos y mantuvo conversaciones con más de un centenar de personas, por lo que se espera que puedan salir a la luz más víctimas.n
