El buque, de 333 metros no puede atracar en Oporto, pero los pasajeros no tocaron Vigo
El mayor desembarco del año de cruceristas en Vigo desde un solo barco supuso un visto y no visto para la mitad de ellos, que procedentes de Lisboa volvieron a subir a bordo rumbo a Southmapton unas horas después sin conocer nada de la ciudad. En total, 3.400 turistas marítimos salieron ayer por la mañana del gigante “MSC Preziosa”, además de otros 1.500 tripulantes, para subirse a continuación un total de 1.600 en autobuses para hacer una excursión por Galicia, en su mayor parte a Santiago, pero también a otros destinos habituales, como Baiona o un recorrido por las bodegas. Resulta llamativo ya que habitualmente apenas entre el 15 y el 20 por ciento de los pasajeros se apuntan a viajes y la mayoría se queda en Vigo. Pero no ayer, señalaron fuentes portuarias.
El escaso éxito logrado por la oferta viguesa tiene explicación: la causa principal estaría en que la arribada en un domingo suponía encontrarse con una ciudad vacía y con el comercio cerrado en el centro, pese a que está aprobada y en vigor el reconocimiento de ciudad de incidencia turística, que permite abrir a los establecimientos en un perímetro marcado por el Concello. Dicho ámbito alcanza el entorno del puerto aunque excluye de forma expresa el centro comercial A Laxe. Curiosamente, el Consorcio Zona Franca, propietario del edificio, ha decidido que este complejo se destine de forma preferente al ocio, con la apertura de una sala de casino orientada al turismo.
La llegada del “MSC Preziosa” es la segunda en la historia de este gigante de mar con 333 metros de eslora y 18 cubiertas. Por sus dimensiones no puede atracar en Leixoes, la terminal marítima de Oporto, donde los buques sólo puede llegar a un máximo de 300 metros. Una ventaja que el Puerto considera en teoría decisiva para Vigo.