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Tres médicos atendieron a 400 pacientes en una zona de Perú

El urólogo Antonio Ojea, el cirujano plástico Miguel Cuervo y la médica de Familia Maite García, en Abancay.
photo_camera El urólogo Antonio Ojea, el cirujano plástico Miguel Cuervo y la médica de Familia Maite García, en Abancay.

Antonio Ojea, Miguel Cuervo y Teresa García colaboraron con la ONG Children's Abancay

Tres médicos del área sanitaria de Vigo y uno de los capellanes del Hospital Álvaro Cunqueiro acaban de regresar de una campaña de salud en Apurimac (Perú), una zona deprimida de Los Andes, a la que acudieron invitados por la ONG Children's Abancay. La expedición duró quince días, pero restando las horas de viaje (tardan 32 horas en llegar a su destino contando aviones y un recorrido por carreteras complicadas) y el domingo que descansaron, la campaña se quedó en nueve días de trabajo efectivo en una clínica de Abancay en la que estos tres médicos llevaron a cabo entre todos unas 400 actuaciones con pacientes de la zona, contando las consultas con sus estudios ecográficos, técnicas y cirugías.
Los protagonistas de este año fueron el jefe de Urología del Complejo Hospitalario, Antonio Ojea, que atendió a pacientes urológicos,  el cirujano plástico Miguel Cuervo con casos de cirugía dermatológica y plástica, y la médico de Familia Maite García, qeu desplegó una campaña del adulto mayor, acompañados por el capellán y vicepresidente de Children's Abancay, Juan José Sobrino. Viajan en su tiempo de vacaciones y aunque la campaña es dura (trabajan de ocho de la mañana a siete de la tarde) regresan satisfechos. Además de atender a decenas de pacientes, tratan de formar a los profesionales sanitarios de la zona. Antonio Ojea diagnosticó un cáncer de riñón y realizó una nefrectomía al paciente, pero lo hizo con una técnica laparoscópica. Era la primera vez que se hacía allí y por eso invitó a un urólogo de la zona. Este urólogo quiere continuar utilizando la laparoscopia y para ello vendrá al Cunqueiro en junio de 2018 para realizar una rotación de un mes en el hospital vigués. Preguntado por cómo había hecho esta operación en una clínica con medios precarios, Ojea explicó que “yo les decía que vinimos de Lima a Cuzco en aviones guiados por satélites y que yo había hecho la travesía a ojo viendo donde estaba cada pico y ‘aterrizando’ con seguridad en Cuzco. Teniendo experiencia las cosas salen bien. El paciente no perdió sangre y a los dos días estaba en su casa”.


También Miguel Cuervo ejerció como docente. Era su tercer año en Abancay. En 2013 había donado un dermatomo (instrumento quirúrgico para cortar fragmentos de piel destinados a injertos), pero no había nadie formado para utilizarlo. Este año un cirujano local se apuntó al curso y acudió con una pierna de jamón fresco. “La pusimos en el antequirófano encima de una loseta y pasamos una tarde sacando injertos a la pierna de cerdo para que practicase. Le expliqué en dos horas como se trata una quemadura y como se hace un injerto. Espero que sirva para que los quemados no sigan curándose con pomadas con las secuelas que trae consigo”. Miguel Cuervo prestó servicios de cirugía dermatológica y de cirugía plástica, con 23 intervenciones y 82 consultas. “Tuve tres consultas de dermatología en las que hice una foto y se la envié a la dermatóloga viguesa Lidia Pérez para que no aconsejase en el tratamiento, porque yo no soy dermatólogo”. Otra colaboración que intentará abrir se refiere al TAC que tienen en Abancay desde hace un año. “Me gustaría que el Cunqueiro hiciese los informes y la revisión de sus exploraciones”.
 

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Una mujer con la típica bandolera de tela para llevar bebés. Y una niña abrazando a un cooperante.
 

Una cena de Navidad que recauda fondos para un orfanato 

La organización Children's Abancay celebra el próximo día 16 de diciembre una cena solidaria de Navidad en el Hotel Tres Luces. Además de las campañas de salud que organizan todos los años “con la generosidad impresionante de los médicos que ponen su trabajo y su tiempo” en palabras de Juan José Sobrino, también colaboran con el Hogar Carmela Petrucci, que acoge a niñas de familias con pocos recursos para que puedan realizar sus estudios de Secundaria o de Bachillerato. Ayudan a dos de las niñas internas en este centro de las religiosas de la Divina Providencia. Por otro lado, apoyan con donativos a un orfanato de esta misma congregación. “Todas las ayudas les llegan al cien por cien. Este año por ejemplo, había 38 niñas y otras dos adultas que son invidentes que necesitaban zapatos para el próximo curso (allí comienca en marzo) y nosotros se los compramos. También publicamos un libro de cuentos (Cuentos para Niñas Morenas de Juan José Davalillo) que destinará a estas niñas todo lo que se recaude. Lo venden desde la ONG y también en la librería Salesiana Don Bosco.
En cuanto a la última campaña de salud, se celebró del 21 de noviembre al 1 de diciembre.  A su regreso a Vigo, Miguel Cuervo continuaba atendiendo la consulta de Perú a través del whatsapp. A través del móvil le siguen pidiendo consejo sobre  cuestiones médicas de los pacientes que atendió pero también recibe felicitaciones, muestras de cariño y peticiones para que regrese. El año pasado Cuervo hizo también de profesor en el orfelinato y otras tareas. 
Contaba Antonio Ojea que atendieron a dos tipos de pacientes, funcionarios con poder adquisitivo que acudían a la clínica para contar con una segunda opinión de médicos europeos y la población con escasos recursos para quienes eran el “doctorito” o “papaíto”.  En su único día de descanso, un domingo que aprovecharon para ir a un mercado, comprobaron que todo el mundo les conocía y les saludaba. Preguntado por si animaría a otros profesionales a participar en este tipo de campañas solidarias, Antonio Ojea considera que “hacer algo por alguien en la vida al menos alguna vez es importante”. n
 

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