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Marinero gallego, espía en las Malvinas

Fernando Otero es un marinero retirado que fue espia para el Gobierno Argentino.
photo_camera Fernando Otero es un marinero retirado que fue espia para el Gobierno Argentino.

El Gobierno de Argentina condecora a un pescador por su información durante la Guerra con Gran Bretaña

nnn El Gobierno argentino homenajeó ayer como "veterano de guerra" a un pescador gallego que actuó como espía de Argentina durante el conflicto de las Malvinas. Se trata de Fernando Otero, marinero originalmente de Bueu, según explica el diario argentino "La Nación". De Bueu salió hace 35 años para abordar, como tercer jefe de máquinas, el pesquero "Usurbill", donde se convertiría en espía de mar al servicio de Argentina.
"Nuestra tarea fue localizar lo mejor posible a la Task Force", tal como se denominó a la flota de ataque enviada por Margartet Thatcher, explicó Otero a "La Nación". En el reportaje se explica que fue un espionaje camuflado bajo la apariencia de lo que eran: pescadores con bandera argentina.  "Nos instruyeron brevemente", dijo Otero. Un oficial de la Armada les dio unos figurines troquelados para identificar a las unidades de la flota británica y, para transmitir la información, se apeló a un código con aspecto inofensivo. Palabras como "merluza", "calamar" o "ballena" pasaron a significar "fragata", "portaaviones" o "crucero", según los casos. Así, la frase "parece que estamos cerca de un cardumen de merluza" podría significar algo bien distinto al negocio en sí.
Fueron 17 días de espionaje. Lo peor, recuerda, fue en el atardecer el 8 de mayo. "¡Ya están aquí!", gritó alguien, bajando la escalera. Otero estaba en sala de máquinas. "Están aquí ¿quiénes?", contestó, como quien no quiere enterarse. "¡Los ingleses!", escuchó.
"Estamos listos", dice que pensó. Primero, se quedó paralizado. "Como en las películas de submarinos, cuando la tripulación está en silencio. Esperando que baje la carga de profundidad del barco enemigo". 
Los sobrevoló un Sea Harrier y luego, un helicóptero. Este último los barrió de proa a popa varias veces con sus relectores. "Pensamos que iban a abordarnos, de modo que nos deshicimos de todo aquello que pudiera comprometernos", dijo. Allí se fueron claves, figurines y anotaciones de todo lo que habían visto antes de ese momento.n

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