ATAQUE INCENDIARIO

“Llegamos a pensar que aquello era el fin del mundo”

De izquierda a derecha, policía judicial, Seprona, Usecic y el comandante de Vigo y el jefe de la compañía
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Agentes de la Guardia Civil de Vigo y de los puestos de la provincia se volcaron para prestar ayuda durante los incendios, “nunca vimos nada igual. Fue apocalíptico”, dicen

nnn  El efecto llamada para intervenir el domingo durante la ola de incendios fue también especialmente significativo en el seno de la Guardia Civil. A la comandancia de Vigo llegaron prácticamente todos los agentes fuera de servicio para ayudar e incluso algunos destinados fuera de Galicia que estaban en la comunidad pasando el puente festivo. “La respuesta fue masiva y se crearon patrullas sin indicativo con vehículos a las que llamamos voluntarios 1, voluntarios 2, etc.”, explicaba el comandante jefe de Vigo,  Óscar Graña. 
Junto a él, miembros de Seprona, Policía Judicial y Usecic, que intervinieron frente a los incendios,   relataban su actuación frente a lo que coincidieron en señalar como  “situación apocalíptica”.
Jorge Freijanes, jefe del puesto de la Guardia Civil de Porriño y actualmente responsable de la compañía en Vigo en funciones, estuvo más de 18 horas seguidas a pie de fuego recorriendo varios puntos extremos del entorno, sin comer ni descansar, sólo “bebí una pequeña botella de agua”.
A las cinco de la mañana puso rumbo a Redondela. Estuvo en la parroquia de Amoedo, Pazos de Borbén, Nespereira y a medida que avanzaba el día se iba desplazando. “Las llamadas se sucedían”, relataba. En el alto de Vincios, vivió uno de los momentos más críticos, junto con dos agentes del Seprona. Uno de ellos explicaba cómo “nos encontrábamos junto a una vivienda en la que había seis personas atrapadas, cuatro adultos y dos niños. El intenso humo nos impedía llegar hasta ellos, pero logramos entrar y gracias a los equipos autónomos de una dotación de bomberos que llegó después, se consiguió el rescate”. Por fortuna, la familia salió sana y salva, pero los agentes sufrieron varias quemaduras. 
Los peores momentos, recordaban los agentes, se registraron  en la zona de Fraga, en Piñeiro, Pracín y Chandebrito.  “Ardieron dos casas y el fuego atravesaba la carretera, llegamos a ver hasta tres focos simultáneos en distintos puntos”, explicaban.
“En mi vida, vi una cosa igual”, añadía otro agente del Seprona, “te ardían los pies de la enorme temperatura y lo peor era el humo, que no te dejaba respirar ni ver a tu alrededor”.
Un miembro de la unidad Usecic (Seguridad Ciudadana de Comandancia), el único que está en Vigo ya que el grueso del grupo, una docena de hombres, se encuentra desde septiembre en Cataluña,  resaltó que “en 27 años nunca había visto nada similar. Llegué a pensar que era el fin del mundo”.
Este agente, que estuvo en Baiona, resaltó “la valentía de los ciudadanos que estuvieron al pie del cañón, con cubos, ramas y hasta tupper para ayudar”. Según dijo, “estuvimos horas tratando de que las llamas no llegaran al transformador de un colegio. Había gente ayudando constantemente, incluso un hombre mayor pasó desde las siete de la mañana hasta las doce de la noche colaborando. Fue algo increíble”.n

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