El Gobierno luso abrirá en Valença una estación de mercancías para toda la Eurorregión
nnn El Gobierno luso, a través del organismo público Infraestructuras de Portugal (IP), anunció en una carta a Xoán Vázquez Mao, secretario del Eixo Atlántico de la Eurorregión, que la línea ferroviaria entre Oporto y Vigo, al menos en el tramo hasta la frontera, tendrá capacidad para que puedan circular trenes tanto eléctricos como diésel. También informó de la apuesta por articular grandes unidades de mercancías.
Además, confirmó que las obras de mejora y electrificación entre Viana do Castelo y Valença do Minho fueron adjudicada el pasado 22 de febrero y están a la espera de que el Tribunal de cuentas dé su visto bueno para iniciarse los trabajos.
Uno de los objetivos fundamentales para el Corredor Oporto-Vigo, insiste en su nota IP, es que en adelante puedan circular trenes de mercancías de hasta 750 metros de longitud, mayores que los españoles, que en el mejor de los casos apenas supera los 500 metros. No hay en la red gallega ninguno así, si bien la Autoridad Portuaria viguesa ha previsto que la línea desde Guixar al Puerto Seco tenga capacidad para trenes de carga de dicha longitud, considerada el estándar futuro europeo. Portugal ya da un paso definitivo en dicha dirección.
Para su puesta en marcha, el Gobierno portugués ha decidido desarrollar una estación de mercancías en el municipio de Valença do Minho, en concreto en el lugar denominado Carvalha, que de forma expresa se destinará al servicio transfronterizo de mercancías. Para ello, la terminal estará dotada de dos líneas de guarda y otros dos de tope para formación de las unidades. Con estas previsiones , señala IP en su nota al Eixo Atlántico, podrán circular sin restricciones trenes de carga con una composición de 750 metros "previsiblemente en el primer semestre de 2020", estando el departamento estatal luso de infraestructuras a la espera de que tal disponibilidad sea utilizada por los operadores ferroviarios para maximizar así el transporte de mercancías.
Por otra parte, todas las intervenciones incluirán la electrificación integral de la línea de forma que pueda circular tanto máquinas diésel como eléctricos "siendo en este caso que si los operadores no pretendieran hacer un cambio de la unidad motora en la frontera del lado español -donde hay distinta corriente- será electrificado con catenaria en corriente continua y podrán circular con equipamiento en bitensión", precisa.
Con toda las obras en marcha, a finales de 2019 tendría que estar lista la línea desde Oporto a Valença, en tanto que restaría una parte en el lado de España. Con los trenes híbridos, con capacidad de trabajar en eléctrico y diésel, se espera reducir el viaje entre las dos ciudades desde las dos horas y 10 actuales del Tren Celta hasta 90 minutos. n
