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Los latinos creen en Vigo

Gustavo confía en que su negocio pueda hacerse un hueco en un lugar privilegiado, el Casco Vello.
photo_camera Gustavo confía en que su negocio pueda hacerse un hueco en un lugar privilegiado, el Casco Vello.

En plena crisis, ciudadanos sudamericanos residentes en la ciudad deciden abrir negocios

A pesar de la disminución de población sudamericana en Vigo a consecuencia de la crisis,  la colonia latina sigue siendo la tercera de mayor peso en la ciudad, por detrás de los ciudadanos portugueses y rumanos. Algunos de los que han echado raíces en la ciudad han plantado cara a la recesión confiando en las posibilidades de Vigo  y poniéndose al frente de nuevos negocios, como pequeños empresarios.
Gustavo Ariel Giuliani Santángel es argentino pero lleva 12 años residiendo en Vigo, una ciudad en la que ha formado una familia. “Aquí conocí a mi mujer, me casé y tuve a mis dos hijos”. Gustavo partió de su país a consecuencia del corralito, tras varios años trabajando como transportista primero y buscando empleo después, decidió cumplir su sueño. “Siempre quise abrir un bar en España”. Su mujer, gallega, trabaja en hostelería y eso le animó a coger un bar hace dos meses en pleno Casco Vello, “Luna de Avellaneda”, situado en la plaza de la Constitución. “Le puse ese nombre porque la película me marcó y también porque soy un forofo del Independiente de Avellaneda”. Según afirma, “quería hacer algo por mí y por esta ciudad, pero lo cierto es que te ponen muchos obstáculos burocráticos, es una lucha constante, no dan facilidades y aquí hay mucha competencia”. A pesar de los problemas que le han llevado a pensar en tirar la toalla, confía en poder seguir adelante. “He querido diferenciarme con batidos y zumos tropicales, tostas...”.
Sandra y Miriam también se han puesto a las riendas de un negocio recientemente. La primera, uruguaya, abrió hace unos meses una cafetería en San Roque, la segunda el Nuevo Bar Caribe, en Ramón Nieto. Los comienzos son duros siempre, reconoce Sandra, quien afirma que “en hostelería se trabaja mucho, sabes a qué hora entras pero no a que hora sales”.
Marina Aquino, de República Dominicana, es más veterana, abrió una peluquería en Vía Norte hace cuatro años y vino a Vigo hace seis. Según dice, “allí en mi país siempre trabajé de peluquera así que lo tenía claro. En mi negocio no hay bandera y he conseguido mantenerlo”.n

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