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La energía que cambia el mundo

La nave del Tinglado del puerto se ha convertido en el centro neurálgico de una campaña solidaria cuyo corazón late al ritmo que le imprime el grupo de voluntarios que le dedican su tiempo.
photo_camera La nave del Tinglado del puerto se ha convertido en el centro neurálgico de una campaña solidaria cuyo corazón late al ritmo que le imprime el grupo de voluntarios que le dedican su tiempo.

La campaña "Cortafuego Solidario" de apoyo a las familias afectadas por los incendios en Portugal y Galicia mueve a voluntarios de varias organizaciones viguesas para recoger, clasificar y enviar los enseres donados

nnn "Entre todos podemos cambiar las cosas y ayudar que sean mejores” explica Rosa Castro, una de las voluntarias de Asdegal que colabora en la campaña “Cortafuego solidario” lanzada por la Asociación de Antiguos Alumnos de la Universidad de Navarra (Alumni Pontevedra)  para apoyar a las familias que perdieron todo durante los incendios que devastaron el pasado verano el centro de Portugal, así como para las gallegas afectadas por los fuegos forestales del mes de octubre. En este caso el reparto correrá a cargo de Cáritas Vigo, que también está encargada de recibir las solicitudes de ayuda por parte de las personas o municipios que lo necesiten.
En la nave del Tinglado –verdadero centro neurálgico de la recogida- la actividad es incesante. “La gente está respondiendo muy bien y ya hemos comenzado a recibir muchas cosas que ahora hay que clasificar y ordenar para poder enviar a Cáritas de Coimbra, encargada de repartirlas entre los afectados”, explica Rosa, para quien el compromiso de dedicar dos horas semanales al voluntariado es “muy poca cosa si lo comparas con la satisfacción que se siente”. “Aquí el factor humanos es la clave”, dice José Ramón, un guía de senderismo convencido de que el voluntariado es “ante todo compromiso. Personalmente sientes una gran satisfacción con esta labor y dedicar un poco de tu tiempo a los demás es algo que puede hacer mucha gente”. Es precisamente este espíritu el que impregna toda la campaña solidaria de recogida de enseres para las víctimas de los incendios. Diego Maraña, presidente de Alumni Pontevedra, recuerda que todo surgió cuando “viendo las imágenes de los incendios sentimos que había que hacer algo más que lamentarnos”. La idea se plantea entonces entre el grupo de amigos “y nos comenzamos a organizar”, explica. El primer paso fue encontrar el interlocutor idóneo que les dijera qué era más necesario. 
En este caso fue Cáritas Coimbra, que será la receptora de todos los enseres que se reúnan en estos quince días que dura la recogida en la que, según explica Diego "muchas personas encuentran así la manera de encauzar su deseo de ser voluntarios y poder colaborar implicando en esta tarea también a los hijos, que es la mejor forma de pasarle el testimonio de la solidaridad". Además, y según recuerda "compartir lo que nos sobra, aquello que no usamos, nos permite valorar mucho mejor lo que tenemos".   
En la nave del Tinglado el grupo de voluntarios se afana empaquetando las donaciones. Rosa lo tiene muy claro. “Lo importante es aportar. Todos podemos hacer algo por los demás, aunque sean pequeñas cosas". Y es que como comenta "el voluntariado no es algo visible. Hay mucha gente haciendo cosas positivas, pero en silencio, no va por ahí diciendo lo que hace. No hace falta pregonarlo".  
Una filosofía que comparten en Alumni "que desde siempre ha estado muy implica en acciones que tengan como objetivo ayuda a los demás", explica su presidente, para quien uno de los principales objetivos es conseguir  "que más gente adopte la responsabilidad social personal. Gracias a este tipo de compromiso personal es posible cambiar las cosas".n 

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