El fiscal pide una multa de 360 euros para los cuatro miembros
Cuatro miembros de una misma familia, un matrimonio y dos hijos mayores de edad, se sentaron ayer en el banquillo de los acusados para responder por un presunto delito leve de usurpación tras ser denunciados por una mujer de haber ‘okupado’ una vivienda de su propiedad. Durante la vista, celebrada en Instrucción 7. la denunciante relató que hace unos meses cuando acudió a la vivienda que heredó de su madre en la calle Cantabria descubrió que se habían colado inquilinos. “La casa está cerrada porque yo no vivo allí. Suelo ir una vez por semana para ver cómo está y limpiar. La última vez, vi que la cerradura del portal que da a la finca había sido cambiada y que habían tirado los ladrillos que habíamos puesto para evitar su acceso”. La mujer explicó que vio a tres de los cuatro denunciados y que “ya no me dejaron pasar. Fue cuando fui después con la Policía y me explicaron que debía denunciar”.
Por su parte, todos los denunciados admitieron que entraron en la propiedad ajena donde todavía residen. El padre de familia aseguró que “es cierto que entramos, pero no había candado alguno en la puerta, estaba abierta”. Preguntado por la jueza si era consciente de que residía en una vivienda de otra persona sin su permiso, volvió a responder afirmativamente. Admitió que todavía estaban allí “porque no tenemos dónde ir”. Aseguró que el inmueble no tenía luz y que utilizaban una batería pequeña para la electricidad.
Tras escuchar a los cuatro denunciados, los más jóvenes de 18 y 20 años, el fiscal pidió la condena. Todos ellos aseguraron carecer de medios económicos.
El representante del Ministerio Público solicitó una multa de tres meses a cuatro euros al día, 360 euros por usurpación, así como una indemnización a valorar en sentencia por posibles daños causados, sobre los que la propietaria no tenía constancia directa. La denunciante aseguró que “yo lo único que quiero es que abandonen la vivienda, porque desde entonces no he ido por allí”.
