La original carrera Holi Run congregó ayer a miles de participantes y se lanzaron 10.000 kilos de polvos de colores
El único requisito era pasarlo bien y se superó con creces. La Holi Run regresó ayer a Vigo por segundo año consecutivo y tras suspenderse hace unas semanas por el mal tiempo. Este domingo, el verano dio sus últimos coletazos y permitió que la popular carrera luciera en pleno otoño.
Samil era un hervidero de gente de todas las edades: niños, mayores, bebés y hasta animales, pero la juventud predominó procedente de toda Galicia: Ourense, Coruña, Boiro, la comarca del Morrazo y el Salnés, entre otros puntos, y así hasta 7.000 personas, que son las que contabilizó la organización según los dorsales repartidos.
Pasadas las 11 de la mañana, en la explanada junto a la Cruz Roja no cabía un alfiler. La imaginación se desbordó y los corredores aparecían con originales disfraces, tutús, tules, medias de colores, gafas de sol y pelucas años 60 para no pasar inadvertidos. Entre ellos, el alcalde y el concejal de Deportes, a los que apenas unos minutos les duró limpia la vestimenta.
Los 'holirunners' recorrieron cinco kilómetros corriendo y andando y a su paso por los puntos calientes se dispararon polvos de colores (es harina de maíz), 10.000 kilos en total. En la meta, la prueba finalizó con una improvisada discoteca con DJ Ben Hassel.
Los participantes pidieron que el próximo año vuelva a Vigo la Holi Run, carrera inspirada en la fiesta de la primavera hindú.n