Jaime Garrido: "Hay que dar vida al edificio pero salvar la fachada"

El arquitecto Jaime Garrido, miembro del Instituto de Estudios vigueses, es también el historiador de la ciudad en cuestión  de edificios. Está de acuerdo en que  Cluny se pueda convertir en geriátrico, pero no comprende que se pueda dar licencia de demolición total. "No es mala idea hacer un geriátrico en el centro de la ciudad, por qué tienen que estar fuera, deben que estar en el centro para que la ciudad sea un ente vivo, sino con el tiempo solo habrá grandes almacenes y bancos, además de muchos coches", explicaba ayer.
 Sobre el inmueble, recuerda que se trata de una obra de Cominges y puede considerarse el primero que se levantó en Gran Vía, tras el de Albo, en la esquina de Urzaiz, de Castro. "Mi opinión es que el edificio y su entorno deberían mantenerse, forma parte muy importante de la ciudad, lleva muchos años en el centro", señaló. 
"Qué cambien de uso me parece correcto. También se había pensado otro geriátrico cerca, incluso un centro de día, sería un sitio espléndido. Lo que obligaría es a mantener el edificio tal y como está,  porque tiene historia, aunque el interior lo reformen y sólo quede la fachada", indicó el arquitecto autor del "Vigo que se perdió", quien insistió en que el entorno debe mantenerse. 
"No me gustaría ver ahí otra mole más de las muchas que tenemos", dijo. "Parece un pequeño oasis en la Gran Vía, con sus árboles, visualmente sí lo es. Hay que darle vida, el edificio no debe estar muerto, aunque haya que cambiarlo por dentro, pero lo interesante es al menos mantener el exterior", advirtió Garrido. n