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La industria reactiva otra nave en Vigo y lanza la transformación de pescado

La nave de Freiremar se encuentra en el muelle de reparaciones de Bouzas
photo_camera La nave de Freiremar se encuentra en el muelle de reparaciones de Bouzas

La instalación, que lleva años sin utilizarse, cuenta con la considerada mejor sala de preparación de pescado

La empresa viguesa Iberconsa ultima un acuerdo para hacerse con la gestión de la nave que Freiremar tenía en Bouzas, que dispone además de un amplio almacén de congelado la considerada como mejor sala de transformación de pescado de todo Vigo. Pese a su importancia, lleva años cerrada tras la crisis de la firma viguesa, que acabó con el proceso concursal y la liquidación de la mayor parte de la plantilla. Será un nuevo paso en el proceso de reactivación del sector del congelado sobre todo gracias a proyectos empresariales en el entorno de Beiramar, uno de los puntales de la economía viguesa y la primera o segundo mercancía que más toneladas mueve anualmente en el puerto, con los automóviles. 
La nave en cuestión es una concesión administrativa de la Autoridad Portuaria y el problema estriba en que finaliza el permiso a corto plazo, lo que ha llevado a la empresa a dirigirse a la institución viguesa para tratar de ampliar el plazo. No parece fácil y es lo único que de momento paraliza el acuerdo, que por lo demás está hecho, según señalan fuentes próximas a la negociación en curso, que lleva varios meses encima de la mesa. La instalación de Bouzas, moderna y funcional, cuenta con una capacidad de 20.000 metros cúbicos de congelado, y ha sido utilizada en ocasiones por firmas como Frigalsa en momentos puntuales para dar salida a parte de su carga almacenada.
Iberconsa, por su parte, dispone en la actualidad de una planta en Bouzas, pero de pequeño tamaño y que está destinada a su demolición para la ampliación de la plataforma de la terminal de transbordadores, así que la opción de trasladar y ampliar la producción resulta inmejorable. 
La empresa viguesa tienen un 55 por ciento de su capital en manos del fondo Portobello, y el resto, el 45 por ciento, en los socios fundadores, entre ellos el empresario vigués Ángel López Soto, quien presidió el Club Financiero.
La sala de transformación es la perla de la nave abierta por Freiremar en sus mejores momentos, ya que permite todo tipo de preparados sobre productos marino, dando valor añadido a la comercialización y un paso adelante en el posicionamiento de Vigo como referente para la venta y transformación de pescado. 
En la Autoridad Portuaria no quisieron pronunciarse al señalar que aún no se ha abierto formalmente el expediente para el cambio de concesión, aunque se conoce la operación, por lo que la dirección está a la expectativa de que el acuerdo se haga efectivo por sus consecuencias. 

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