El PP seguía ayer otro día más sin candidato oficial. La decisión se hará pública antes del 10 de febrero, probablemente este fin de semana. Pero entre militantes, concejales y junta local se extiende el malestar.
Ya es un clamor lo que hasta ahora era un malestar: en el grupo municipal, entre los cargos locales y en la junta local no se entiende lo que está pasando. Se sabe que la dirección gallega está sometida a una decisión de la nacional, que al parecer impide designar candidatos en Galicia antes de dar a conocer los de Madrid y Valencia. Pero la única ciudad perjudicada por ello es Vigo, señalan. Aunque no hay ninguna encuesta realizada por el PP –la que se iba a hacer para diciembre se ha suspendido hasta febrero o quizá marzo, hasta saber quién será el aspirante en la ciudad- sí hay un sondeo sobre intención de voto en Vigo que ha dejado resultados nefastos, mientras su principal contrincante lleva ocho años de mandato de campaña en la calle. Hasta el BNG ha zanjado el debate con rapidez.
Nadie entiende una indefinición que está haciendo mucho daño al PP y a sus posibilidades reales y tampoco la comparación con Madrid, donde la probable designación de Esperanza Aguirre haría innecesaria una campaña para dar a conocer al candidato. Pero en Vigo hay varias opciones. Los concejales comentan sin entenderlo -ayer mismo- cómo el calendario se alarga a la espera de una decisión exclusiva del presidente de la Xunta. Que recientemente, en unas declaraciones a medios de comunicación, afirmó haber tomado unos meses, lo que nadie en el grupo municipal se acaba de creer. Ayer, un portavoz de la dirección gallega señaló a este diario que este fin de semana probablemente se darían a conocer los nombres ya que el plazo máximo marcado por Rajoy finaliza el día 10 de febrero y no se quiere consumir.
Y mientras tanto, el presidente local y portavoz, Chema Figueroa, continúa “desaparecido”. Desde la semana pasada, no ha vuelto a dar la cara ni comparecer en la sala de prensa. Figueroa le explicó hace unos días a Feijóo, en una reunión exprés en el Club Financiero, que estaba dispuesto a ser el candidato. Pero no recibió respuesta alguna. Tampoco apoyos expreso del presiente de la Diputación y del partido en la provincia, lo que llamó mucho la atención. De hecho, Rafael Louzán ha comentado que habría "un destino" para Chema Figueroa, que no sería continuar en el Concello de Vigo.
El abanico sigue muy abierto: al menos dos mujeres, la conselleira Elena Muñoz -que no ha negado que pueda ser la elegida- y la exconcejala Lucía Molares -que no ha abierto la boca y sigue en Madrid, en su puesto del Sepes, de Fomento-, y otros dos hombres, con el propio Figueroa y Javier Guerra a la cabeza, que suenan desde hace años. El segundo recibió una oferta formal del presidente de la Xunta, que le instó a aceptarla en el momento y que Guerra rechazó para pensárselo con calma, y de eso hace dos años.
Otro exconselleiro, Enrique Lopez Veiga, se descartó, como también lo hizo de forma expresa María José Bravo Boch. Y a ellos se añaden Jorge Conde, Roberto Lago o incluso Irene Garrido -presidenta del ICO, la banca pública- e incluso otros "tapados". O más bien "tapadas". Porque se ha publicado -en este diario en varias ocasiones- que la dirección gallega quería una mujer joven en Vigo como candidata. Y de momento, nadie lo ha negado. n
