SAN XOÁN 2017

Hierbas mágicas y fuego por el inicio estival

La hoguera del Berbés fue una de las más concurridas con el tradicional aquelarre de bruxas y cabróns, que recorrieron antes el Casco Vello.
photo_camera La hoguera del Berbés fue una de las más concurridas con el tradicional aquelarre de bruxas y cabróns, que recorrieron antes el Casco Vello.

Samil, Bouzas y el Casco Vello volvieron a congregar al mayor número de vigueses en una noche marcada por las mareas vivas

nnn Fuego purificador, hierbas protectoras y mareas vivas. Este año no faltó ningún ingrediente para que un San Xoán mágico en Vigo. Ardieron hogueras en diez parroquias y en cinco barrios del casco urbano. Los bomberos autorizaron las 26 solicitadas.
Samil comenzó a llenarse con la puesta de sol. El refuerzo de autobuses urbanos entre el centro y el arenal facilitó el traslado de miles de vigueses a la playa, fundamentalmente jóvenes. Pese a la presencia policial y a la prohibición expresa de prender fuego en la arena, hubo intentos reiterados. Con la subida de la marea, la zona se fue despejando a partir de las dos, mucho más temprano que en años anteriores.
Entre las fiestas organizadas por los vecinos, la de Navia se consolidó como punto de encuentro. Los principales focos de atracción volvieron a ser la del Casco Vello y la de Bouzas, ambas con animación desde horas antes de la medianoche.
O Berbés acogió la gran “cacharela”, como punto final al aquelarre, que reunió a cerca de 60 danzantes entre “cabróns” y “bruxas”, que recorrieron el barrios histórico, azuzando a los viandantes. Una vez, los elementos se fusionaron por San Xoán, ya que la jornada terminó con la fiesta del agua. “La cercanía de las casas nos obliga a contener el fuego constantemente con la manguera, con lo que también refrescamos a los que se acercan demasiado y  quieren agua”, indicó Fiz Axeitos, de la asociación vecinal desde donde se coordinó la noche. Participaron cerca de un centenar de colaboradores en distintos turnos desde la mañana, montando, animando y atendiendo el puesto de venta. La sardina con pan, a 1,5 euros, volvió a triunfar en un menú donde también había chorizo o lomo. Solo la asociación sirvió 300 kilos del pescado estrella. Los bares de la plaza completaron la oferta gastronómica, aunque lo más demandado fueron los ramilletes de hierbas de San Xoán. Además de proteger la casa, colocadas en ventanas y puertas durante una de las noches mágicas del calendario, suponen un buen reconstituyente facial una vez a remojo bajo el luz de la luna.
Frente a la propuesta folklórica del Casco Vello, Bouzas apostó una año más por la fiesta popular amenizada por la orquesta Mar Azul, situada en un palco frente a la iglesia. Promovida desde la asociación de vecinos, seis directivos de sus directivos se pusieron al frente del puesto de venta, que contó en esta ocasión con la colaboración de establecimientos hosteleros de la zona. Vendieron 400 kilos de sardina, a 1,5 euros la unidad; a 8 euros, media docena y a 15, la docena entera. Churrasco, choripán y pulpo completaron la carta de la noche, que se prolongó hasta la madrugada.
Los restos de la fiesta que no se haya llevado la marea, los recogerán desde primera hora de la mañana un dispositivo reforzado de limpieza compuesto por  61 operadores, quince de ellos destinados en las playas, reforzados con el uso de 25 vehículos especializados.

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