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Guinness tiene la última palabra

El grupo, en el único momento de descanso, durante la comida en el aula de teatro.
photo_camera El grupo, en el único momento de descanso, durante la comida en el aula de teatro.

El aula de teatro Albatros de la Compañía de María logró montar, ensayar y representar una obra en solo 12 horas. Falta por comprobar que cumplen los criterios para que le sea concedido el récord  internacional

nnn Doce horas, más de cuarenta actores en escena, 22 papeles protagonista, cuatro espacios de trabajo, un ensayo general y dos horas de representación. En total catorce horas grabadas, retransmitidas en directo y  subidas a internet que resumen una jornada de vértigo que tuvo lugar ayer en el colegio Compañía de María. Los responsables, los integrantes del grupo de ex-alumnos del aula de teatro Albatros que conmemoraron así el 25 aniversario del proyecto. Cerca de las 20 horas se levantó el telón del auditorio escolar y comenzó la representación como broche de oro a toda una experiencia. 
Atrás quedaron nervios, improvisaciones y muchos oficio. Todo empezó a las 8 de la mañana, cuando Guillermo Surís ‘Willy’, fundador del aula, hizo entrega al director, Daniel Lorenzo, del guión escogido,una adaptación de “Love Actually”, desvelando la obra que tendrían que representar en menos de doce horas. “Fue muy bien recibido, es un montaje al que se le tenían muchas ganas”, comentó Lorenzo, que durante la primera hora en encargó de repartir los papeles: “Me dejé guiar un poco por la intuición, llevamos muchos años trabajando juntos y conocemos los puntos fuertes de cada uno”. El amplio elenco precisó de colaboradores externos como Alberto Cunha, que comenzó el teatro con ‘Willy’ hace 30 años: “Es todo un reto, pero el equipo humano es muy bueno y está muy bien organizado”, apuntó. El director completó el reparto convocando a dieciséis colaboradores por teléfono.
Repartidos en comisiones: Unos, como Xoán, Alberto y Diego, se encargaron de la instalación técnica, comprobando sonido e iluminación; mientras Lucía y María, con un presupuesto de 220 euros, fueron a comprar el utillaje necesario el atrezzo. Todos procuraron memorizar el guión antes de la comida: ‘Willy’, en el Auditorio; en el aula de teatro hicieron lo propio Aldo (en el papel de Collin), Lucía (Judith); Lucía (Sara); María (Juliette); Irene (Aurelia); María (Karen) o Rubén (Jammie); en el auditorio secundario, Mario, que con 13 años es el más joven del grupo, ensayaba las 32 intervenciones de Sam: “Este va a ser mi estreno teatral, pero lo llevo bien porque ya hice funciones de baile con público”. 
Integrantes del grupo corrían de un espacio a otro, mientras de forma paralela, los escolares  mantenían con su rutina con las clases del viernes. El reloj seguía avanzando. Quedaban cinco horas para la representación y llegó el momento del ensayo general no antes de saciar el hambre. Así, encargaron pizzas por valor de 112 euros: “Uno de los seguidores en la emisión de streaming nos apuntó que si la pedíamos por internet ahorraríamos dinero, nos gusta esa interacción porque queremos que este reto sea algo transparente”, apuntó Lorenzo.
Por la tarde, el tiempo voló: las pruebas de vestuario, el maquillaje, los últimos repasos...Pasadas las 19 horas, los primeros espectadores empezaron a llegar. En la platea también estuvo el alcalde Abel Caballero, que tuvo unas palabras de enhorabuena para los participantes en el reto.
Cansados, después de la tensión acumulada y sin dormir bien la noche anterior, el grupo de ex-alumnos de Albatros y sus colaboradores cumplieron con el objetivo: realizaron el montaje teatral de la nada en doce horas. Ahora será Guinness quien decida. El 10 de diciembre pidieron las bases para batir el récord establecido en 14 horas por un grupo de Nueva York. Esperan recibir contestación en marzo: “Está todo documentado, si cumplimos los requisitos nos presentaremos, si no lo intentaremos el año que viene”, apuntó Lorenzo.n

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