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Las familias numerosas piden más protección a la natalidad

José Ramón Millán y Carmen Ruiz, con sus cuatro hijos.
photo_camera José Ramón Millán y Carmen Ruiz, con sus cuatro hijos.

José Ramón Millán: “Tener muchos hijos es muy positivo, yo no me cambiaría por nadie”

nnn “No existe una apuesta real por cambiar la pirámide de población, que tanto preocupa, ni por fomentar la natalidad en España. Estamos a años luz de Europa, donde las familias tienen ayudas directas por los hijos mientras aquí las ayudas siempre son en función de una renta muy baja y casi nadie lo cumple porque si ganan poco no van a por el tercer hijo. Las familias numerosas ya no pretendemos que nos subvencionen por tener hijos, lo que queremos es que no nos acaben discriminando con las normas que hacen porque no piensan en nuestra situación”. Esto opina José Ramón Millán, abogado y padre de cuatro hijos que forma parte de la Asociación Gallega de Familias Numerosas (Agafan). Destaca que la gente acaba teniendo menos hijos de los que le gustaría (“la parejita” según afirman en las encuestas pero luego la media real es de 1,3 hijos) y que influye una mezcla de cosas: además de la falta de apoyo de las distintas administraciones, la comodidad o la situación del mercado laboral.  A pesar de todo, José Ramón Millán tiene una visión muy positiva de la familia numerosa. “A veces vas por la vida y te miran como diciendo  ‘estos pobres’ y yo pienso ‘pobre tú que tienes uno solo’. Cada uno lo vive a su forma, pero a mí me parece atosigante estar pendiente de un solo hijo. Con varios se entretienen entre ellos mientras tú estás tranquilo en otro sitio, además echan una mano y vives mejor”. Tienen ya un hijo universitario de 18 años, otros dos de 17 y de 15, y la pequeña tiene 9 años. Su mujer, Carmen, es profesora de Derecho Financiero y Tributario en la Universidad de Vigo. Tanto ella como él venían de familias numerosas (de cinco hermanos cada uno, “en otra época era bastante normal”) y conocen bien las ventajas para los niños: “se entretienen entre ellos, están acostumbrados a compartir, desde la habitación a heredar ropa, son menos caprichosos porque hay que apretase un poco el cinturón, al no estar todo el día pendientes de ellos son un poco más independientes. A la pequeña se le nota que tiene hermanos mayores, cuando la comparas con otras niña de su clase se ve que juega en otra liga porque sabe buscarse más la vida y adaptarse a las situaciones”.
Desde el punto de vista de los padres, considera que no se multiplica el trabajo, aunque es más probable que uno se ponga malo y haya que ir a Urgencias o que los fines de semana los padres se repartan: uno lleva a la niña a una actividad, y otro se queda con los demás niños. Sí se nota en que necesitaron comprar un coche más grande y es éste uno de los ejemplos que menciona para explicar como les discriminan al no tener en cuenta al colectivo de familias numerosas. “Yo necesito un coche de siete plazas y el impuesto de circulación es más caro porque contamina más, pero per cápita estoy contaminando menos que una persona que viaja sola en un coche pequeño”. Otra penalización que sufren se da en la factura de la luz: una familia numerosa no puede entrar  en el bono social que permite reducir su factura porque hay que tener un volumen de kilowatios contratados muy bajo para ellos. Por otro lado, explica que una familia con seis o siete hijos tampoco podría acceder a un piso de protección oficial como el resto de la población porque “alguien decidió que estas viviendas no podían tener más de 120 metros cuadrados porque sería un lujo”. El recibo de agua por tramos de consumo también hace que les resulte más cara. n
 

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