Un centenar de puestos fuera de la finca de San Roque resultaron afectados por la falta de tramitación del plan de evacuación, que obligó a la Policía Local a impedir su apertura hasta ayer a mediodía. Los ambulantes cifran las pérdidas en miles de euros
Cerca de un centenar de puestos y atracciones de las populares fiestas de San Roque se vieron afectados por la falta de tramitación del plan de evacuación que llevó a la Policía Local a impedir su colocación en vía pública y apertura desde el miércoles por la tarde hasta el mediodía de ayer. Según confirmaron fuentes municipales, la orden se llevó a cabo únicamente en los puestos situados en las calles fuera del pazo, ya que el recinto es de propiedad privada.
La exigencia municipal, que se produce días después del trágico accidente en O Marisquiño, impidió a los feriantes y ambulantes desarrollar su actividad hasta no completar toda la documentación exigida referente al mencionado plan de evacuación para obtener los permisos oportunos. De esta forma, los agentes cerraron bajo amenaza de multas de hasta 3.000 euros toda actividad en los alrededores del Pazo, trasladando algunos de los puestos al interior del recinto con la condición de regresar al lugar establecido una vez se solucionara la tramitación.
A pesar de que tanto el miércoles como ayer jueves eran días festivos, el Concello puso a disposición de la comisión de fiestas de San Roque sus servicios administrativos para agilizar los trámites y envió a los técnicos municipales para revisar, junto con los bomberos, todas las atracciones comprobando que cumplían todas las medidas de seguridad. Según explicaron los propios vendedores ambulantes, tras el cierre, tuvieron que cumplimentar una documentación en la que asumían toda responsabilidad de lo que ocurriera en sus propios negocios.
Pasadas las doce del mediodía, los trámites validaron los permisos y la Policía Local daba autorización a los feriantes para reabrir sus negocios, bloqueados desde las cinco de la tarde del día anterior.
El concejal de Emprego e Industria, Santos Héctor, negó ayer, tras acudir a la misa y procesión en honor a San Roque, que el Concello hubiera elevado el nivel de exigencia a raíz del accidente de O Marisquiño. Aseguró que “los puestos no tenían los permisos exigidos en la nueva ley de la Xunta de Galicia, ya que pensaban que era válida la documentación anterior, y el Concello siempre requiere todo en regla ante de otorgar los permisos”. Tal y como explicó, “el propio jefe de bomberos estuvo con los responsables de las atracciones y ahora mismo todo está en regla y funcionando”.
