vigo

Expertos piden medios para prevenir las caídas en mayores

José Luis García Soidán, Raquel Leirós y Vicente Romo son tres de los autores del manual.
photo_camera José Luis García Soidán, Raquel Leirós y Vicente Romo son tres de los autores del manual.

La Universidad publicó un manual para el manejo de pacientes con deterioro de equilibrio

nnn Las alteraciones del equilibrio afectan a una de cada tres personas mayores de 65 años, una proporción que llega al 50% en el caso de los mayores de 80 años. Se sabe también que el 30% de las caídas causan lesiones severas o moderadas. 
Este es el problema que aborda el “Manual para el manejo del paciente geriátrico con deterioro del equilibrio”, que acaba de publicar la Universidad de Vigo y que fue elaborado por la profesora de la Facultad de Fisioterapia, Raquel Leirós, los profesores de Ciencias de la Educación y del Deporte, José Luis García Soidán, que también es médico de Atención Primaria,  y Vicente Romo, y por la profesora de la Universidad San Jorge de Zaragoza y enfermera, Ángela Soto. El manual se dirige sobre todo a profesionales que trabajan con personas mayores. 
Raquel Leirós explica que el deterioro del equilibrio no se suele tratar de forma preventiva. Se hace cuando ya se ha producido una caída o cuando esa persona tiene una patología, como un párkinson o un ictus, que lleva asociado un deterioro del equilibrio. “No se tiene en cuenta que en un envejecimiento natural sin patología degenerativa ni neurológica también hay un deterioro del equilibrio”, apunta.
Esta profesora había propuesto en su tesis doctoral el uso de acelerómetros para identificar en Atención Primaria a los pacientes que tienen este problema para su posterior inclusión en un programa de prevención de caídas, de fortalecimiento, coordinación o lo que necesite esa persona.
El acelerómetro es un dispositivo que permite medir la actividad física y que detecta los cambios de posición. La investigadora realizó numerosas pruebas de equilibrio en pacietnes de distintas edades y logró identificar que se deteriora en el envejecimiento. Concluyó  asimismo que con este aparato, que no tiene un precio elevado sobre todo si se compara con el coste sanitario y social de una fractura, se podría identificar a las personas que tienen este problema para incluirlas en un programa de prevención. “En los centros de salud no hay nada de eso, en muchos de ellos ni siquiera hay fisioterapeutas. Es nuestro campo de acción pero no quiere decir que no lo puedan hacer otros profesionales”. Por otro lado, apunta que las personas mayores que sufren una fractura además de pasar tiempo inmovilizados y en rehabilitación también cogen miedo, se autolimitan físicamente, entran en un círculo vicioso y empeoran por la falta de ejercicio.n
 

Te puede interesar