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La esperanza de vida aumentó tres años en Vigo desde 2000

Mayores en el parque saludable para jubilados instalado al inicio de Coia.
photo_camera Mayores en el parque saludable para jubilados instalado al inicio de Coia.

La media estaría ahora en algo más de 83 años, frente a los 79 a inicios del actual siglo

nnn La esperanza de vida al nacer se sitúa ahora mismo en un vecino de Vigo en algo más de 83 años, frente a los 79 de hace tan sólo quince años, a principios de siglo, un avance que supera la media de Galicia, según se desprende de un trabajo realizado por el instituto Galego de Estatística (IGE). No es lo mismo ser hombre que mujer, ni tampoco vivir en Vigo o en Ourense, a tenor del estudio del IGE. 
Una mujer ourensana tendrá una esperanza de vida al nacer de algo más de 86 años, que se sitúa entre los seres más longevos del planeta, mientras que un hombre de Vigo tendrá que conformarse con seis años menos, casi 80 años, una cifra importante pero muy por debajo. 
Los datos varían a mejor, pero las diferencias no se achican: las gallegas viven mucho más que los gallegos como en general las mujeres que los hombres. Más llamativa resulta la diferencia por territorios, significativas. La esperanza de vida en Ourense se sitúa en 83 años y medio. En Vigo y la provincia de Pontevedra se reduce en unos meses, hasta 83 años y un mes; en Lugo baja hasta 82 años y siete meses y finalmente en A Coruña se queda en 82 años y medio. 

DESDE LOS 65 AÑOS
Otro dato quizá más preciso para calcular cuál es la esperanza real de vida de un gallego, sea de Vigo, de Ourense o de A Coruña, se puede calcular colocando el límite bajo en la edad teórica de jubilación, los 65 años. En estas circunstancias, un gallego podría aspirar de media a vivir 21,5 años más, es decir hasta más allá de los 86. Claro que un vigués podría tenerlo algo mejor: según el estudio del IGE, se situaría en 86 años y media, siendo las viguesas más longevas: hasta los 88 años  y medio. De nuevo las mujeres de Ourense se situarían en cabeza, con más de 89 años de esperanza real de vida.
En realidad, en esta situación se encuentra ahora mismo algo más de una cuarta parte de la población viguesa, que supera los 65 años. Según el último censo municipal, más de 58.000 personas habrían superado la edad teórica de jubilación. 

España y Japón, a la cabeza en longevidad

Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) Japón y España serían los países del mundo con mayor longevidad. La población española goza en estos momentos de una esperanza de vida media de 82,2 años, que en Galicia es algo superior. Otros indicadores colocan a España en cuarta posición, por detrás de los 83,7 años de Japón, Suiza (83,4 años) y Singapur (83,1 años).El caso español demostraría que la buena salud de los ciudadanos no solo depende del elevado gasto en sanidad. Estados Unidos invierte el doble que España (con relación al PIB) y la esperanza de vida de su población es mucho menor por otros factores.
En América Latina, Chile es la nación con la esperanza de vida más alta, 80,5 años, y el segundo del continente americano, por detrás de Canadá (82,2 años).
Asimismo, solo otros nueve países latinoamericanos se sitúan por encima del umbral de 75 años de esperanza media de vida: Costa Rica (79,6), Cuba (79,1), Panamá (77,8), Uruguay (77), México (76,7), Argentina (76,3), Ecuador (76,2), Perú (75,5) y Brasil (75).  En Europa, se mantienen por detrás de España, aunque cerca , Italia, Francia e Islandia.
En términos generales, todos los países han mejorado este indicador salvo Sudáfrica (por el sida) y Rusia. También hay una tendencia general a que la longevidad de hombres y mujeres se iguale. Ahora hay una diferencia de cinco años, todavía un abismo que tiene que ver con factores de riesgo, estilo de vida y otros, como la herencia recibida y la probable mayor resistencia de las mujeres.
En  todo caso, vale apuntar que la distancia entre hombres y m ujeres en esperanza de vida es menor que la que se instala entre personas instruidas y personas incultas. Estas últimas viven seis años menos.

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