En los últimos 20 meses cerró más de una veintena de establecimientos y las caídas de las ventas es de 80%
nnn Los comerciantes del entorno del Xeral no tiran la toalla. Después de veinte meses desde que el hospital cerró definitivamente sus puertas, los locales y tiendas que aún permanecen abiertos “intentamos revitalizar la zona creando actividades y promociones”, explicaba la vicepresidenta de la Asociación de Comerciantes, María Pérez.
Desde este colectivo aseguran que hasta la fecha se han cerrado más de una veinte de comercios, entre ellos algunos bares y cafeterías, un bazar, tiendas de ropa y está previsto que en los próximos meses lo hagan otras dos. El cálculo que hacen en las pérdidas de ventas supera el 80%, según los sectores, lo que para muchos “es una situación insostenible, lo que les lleva el cese de actividad”.
La situación ha llegado al punto de que en la actualidad "la oferta de locales vacíos es enorme cuando hace apenas dos años aquí no había ninguno sin actividad", explica esta comerciante, que ha visto su actividad también afectada por el cierre del hospital.
El anuncio de la llegada de la Ciudad de la Justicia supuso para toda la zona “un balón de oxígeno. Nosotros luchamos mucho para que por lo menos no se cerrará el anexo I del Xeral porque sabíamos que si dejaba de tener actividad sería la muerte para el comercio”. Ahora esperan ansiosos que comiencen las obras de demolición “que anunciaron para mayo y que aún no han comenzado pese a que se debían de haber licitado ya”, explica.
"La verdad es que estamos pendientes del inicio de las obras y no le quitamos ojo al edificio para ver si hay algún movimiento. Esperamos que la llegada de los obreros sea suficiente para revivir un poco la actividad y que por lo menos haya más movimiento", comenta. Y es que el bajón de la actividad comercial ya ha llegado hasta los establecimientos de hostelería, de los que cerraron dos en la calle Padre Feijóo y a los bazares multiprecio, que han desaparecido del entorno del Xeral. Uno de los tramos más afectados es el que discurre debajo de los soportales en la calle Pizarro. En apenas unos metros los cierres se han sucedido vertiginosamente, dejando aislada en una esquina a la floristería, la única que parecía resistir a la caída de clientes pero que recientemente colgó el cartel de liquidación anunciando así su inminente cierre arrastrada por el tsunami que se desencadenó con el cierre del hospital. n
