Silvia Castillo e Iria López investigan el consumo de alimentos procesados en escolares
nnnA las enfermeras especialistas en Familia y Comunitaria Silvia Castillo e Iria López les preocupaba la alta proporción de niños obesos que se ven en las consultas de Pediatría, debido entre otras causas al consumo de alimentos procesados cargados de grasas hidrogenadas, sal y sobre todo azúcar. Así que eligieron este tema para hacer el proyecto de investigación que ponía fin a su etapa como enfermeras residentes y para el que necesitaban una muestra de cien niños. La idea era organizar una intevención escolar para disminuir los gramos de azúcar consumidos. Como Silvia Castillo vive en Mos propusieron participar a cinco colegios públicos de esta localidad. Solo aceptaron dos centros: el Peña de Francia con 16 niños y el Atín-Cela que aportó el resto de los escolares gracias a la implicación de su director, Armindo Lorenzo.
Tras lograr el permiso de los padres, hicieron una encuesta con datos antropométricos de los niños, hicieron una foto de las meriendas que llevaban al recreo para sumar la cantidad de azúcar que llevaban, ofrecieron talleres formativos a los padres sobre las recomendaciones de la OMS, el azúcar oculto en alimentos procesados, opciones de merienda y desayunos sanos, y al final repitieron la foto de las meriendas donde comprobaron que habían logrado disminuir un 20% los gramos de azúcar. En concreto, al finalizar el estudio un 37,8% de los niños ya llevaban bocadillos (antes era el 30%) y un 18,8% dulces (cuando antes estaba en el 26%). El resto de las meriendas de ese primer día eran frutas (el 24,3%) o lácteos (19,7%). El colegio Atin-Cela obtuvo mejores resultados porque llevan tiempo trabajando en la alimentación saludable.
La recomendación de la OMS sobre el consumo de azúcar añadido al día es que no sobrepase el 10% de la ingesta calórica total: supone entre 25 y 50 gramos al día.Sin embargo, los niños consumen más de 100 gramos al día. “La diabetes tipo 2 va a ser una epidemia en 2040. En nuestra infancia no comíamos bollicaos ni panteras rosa y no estábamos tanto tiempo sentados ante una pantalla. El mejor legado que le podemos dejar a nuestros hijos es la educación alimenticia porque eso va a influir en su salud y más en estos tiempos de tanto alimento procesado, tanta comida rápida y tanta bebida azucarada”, señala Silvia Castillo.
Estas dos enfermeras forman parte de la segunda promoción de especialistas en Familiar y Comunitaria de Vigo. Parte de su trabajo (la denominada comunitaria) tiene que ver con la prevención y con las charlas informativas. Se formaron cinco especialistas este año.n
