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Cinco empleados de banca admiten operaciones irregulares con Las 5 Jotas

Imagen de los acusados, de espaldas, ayer  durante la primera sesión del juicio.
photo_camera Imagen de los acusados, de espaldas, ayer durante la primera sesión del juicio.

Uno de los seis acusados que niegan la falsedad documental culpa a  José Manuel Costas de “abuso de confianza”

 El último coletazo de la mayor trama de fraude fiscal mediante facturas falsas atribuida a la empresa Las 5 Jotas llevó ayer al banquillo a once empleados de banca, entre directores de oficinas, subdirectores e interventores. Se sentaron junto al dueño de la mencionada empresa, José Manuel Costas, en lo que fue su primer juicio tras haber estado casi dos años fugado.

El fiscal les acusa de un delito continuado de falsedad documental y pide penas de dos años y medio de prisión para los empleados de las entidades y dos para Costas.

La situación, no obstante, podría cambiar, ya que ayer en la primera sesión del juicio, cinco acusados admitieron los hechos por lo que habría un principio de acuerdo, que deberá ser ratificado en las conclusiones finales del fiscal,  que rebajaría su condena a 9 meses de prisión y multa.

La que fuera directora de la sucursal de La Caixa, junto al entonces subdirector e interventor y la cajera, así como el director y la apoderada de la sucursal del BBVA de Cabral admitieron que permitieron a Costas efectuar múltiples operaciones a nombre de otras personas sin conocimiento ni autorización de éstas, principalmente  la apertura de cuentas. A través de dichas cuentas, el dueño de Las 5 Jotas efectuaba movimientos  o cobraba en metálico cheques y pagarés a favor de terceros, operaciones de millones de euros. En total, los movimientos bancarios entre pagarés, cheques y retiradas de efectivo desde 2007 a 2010 en cuentas ajenas superarían los 10 millones .
 Las mismas acusaciones no fueron reconocidas por dos antiguos directores y el interventor de una oficina del antiguo Banco de Galicia. Los tres se desvincularon de toda responsabilidad en contra del empleado de la caja, hasta el punto de que la jueza llegó a preguntar si es que dicho empleado “era el rey de la sucursal, haciendo y deshaciendo a su antojo”. Los dos directores alegaron tener  responsabilidades comerciales y de imagen . Ninguno vio “nada irregular”. El segundo en declarar negó haber atendido nunca a Costas en la operativa de caja o haber visto cheques.
En las cuentas abiertas a nombres de ciudadanos rumanos se ingresaban cheques de entre 60.000 a 90.000 euros. El fiscal preguntó si con clientes así no les llamaron nunca desde el banco para ofrecerles promociones o productos. “No lo sé”, respondió. En instrucción, habría declarado que Costas le aseguró que esas cantidades eran la totalidad de los trabajos que habían hecho y que le presentó facturas. “Nunca cogí un cheque de una tercera empresa para ingresar en las cuentas de esos ciudadanos rumanos” y aseguró que tampoco detectó ninguna falsificación.
Por su parte, el interventor afirmó que no recordaba ingresar cheques a nombres de otras personas y   aseguró que “fuimos engañados por el señor Costas”, alegando que fue por su parte “un abuso de confianza”.
Respecto al espectacular volumen de movimiento en efectivo, afirmó que le preguntó al jefe de auditorías y que “era normal, todo estaba bien”.n

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