Dos mujeres al borde de tener que dejar sus respectivas viviendas pidieron hablar ayer
Un grupo de miembros de la plataforma antidesahucios pidió ayer en el pleno intervenir para exponer al alcalde sus problemas. En concreto dos urgentes y otros encima de la mesa. Abel Caballero se negó pero aceptó recibirlos, lo que provocó la enésima bronca durante el pleno de ayer, que ya se había levantado tras una pregunta del BNG interesándose por la situación de tres personas: una mujer y una pareja. La mujer, Ángeles Fernández, tendrá que dejar su vivienda el 3 de noviembre. Está de alquiler, le cuesta 330 euros y sólo cobra 360 de una paga asistencial. En talas condiciones, la Xunta le otorgó una vivienda en régimen especial en Vila de Cruces, cerca de Silleda, que inicialmente aceptó. Pero ahora no: porque le queda muy lejos del médico, en Povisa, donde está siendo tratada de hipertensión y diabetes. Tampoco se queja de su casera, que está dispuesta a rebajar incluso el precio siempre que haga un contrato garantizado, así que pide una solución al alcalde, quizá una ayuda o algún tipo de aval. En definitiva, no quiere irse tan lejos. El BNG le recordó a Caballero que había prometido que en su mandato no habría ni un desahucio y lo reafirmó, pasando el asunto a su concejala Abelairas.
Mientras, otra mujer, en paro y con su marido también desempleado y con problemas de salud importantes, solicitaba otra ayuda para evitar tener que salir de su vivienda ahora que se encuentra en situación extrema. Una solución que Abelairas apuntó mediante los servicios sociales y que la afectada no pareció aceptar. n
