La Diputación aportó 12.000 euros para desarrollar un taller de estimulación cognitiva
La asociación de ayuda al enfermo mental DOA tiene ahora mismo a 16 personas en lista de espera para su centro de la calle Romil, aunque llegó a tener a 35 y con una demora de dos años para entrar. Sus centros de Vigo y Cangas están actualmente al cien por cien, con 64 y 25 usuarios respectivamente, y también tienen ocupados los siete pisos protegidos distribuidos por la comarca (Vigo, Cangas, Salceda, O Rosal y Redondela) con otras 34 personas.
El 80% de sus usuarios tienen esquizofrenia, entre un 10 y un 15% son bipolares y el resto otros trastornos de la personalidad.
El presidente de la asociación, Leopoldo Robla, y el gerente, Juan Manuel Ada, recibieron ayer la visita de la diputada popular Marta Iglesias, que acudió a firmar un convenio para colaborar con los talleres de estimulación cognitiva.
De esta forma, la Diputación de Pontevedra aportará 12.000 euros a DOA en el quinto convenio que firma con esta entidad y que está destinado a la rehabilitación de los pacientes.
No es la única ayuda pública que reciben, puesto que el Concello de Vigo aporta unos 14.200 euros cada año y la Xunta de Galicia 414.000 euros, que se destinan en este caso a financiar las plazas de rehabilitación de Vigo y Cangas y a los pisos protegidos.
La asociación de ayuda al enfermo mental tiene dos proyectos en marcha. El primero de ellos se refiere a la adaptación de sus instalaciones para que sean accesibles como exige la legislación y para ello ya tienen un proyecto redactado de forma desinteresada por el arquitecto vigués Carlos Ardid. Ahora están en la tarea de buscar fondos para acometer estas obras. El segundo proyecto es la apertura de un centro específico para dependientes de salud mental en Pi i Margall, en un local que ya les cedió la Tesorería de la Seguridad Social. En Vigo no hay ningún centro de estas características, entre otras cosas porque la cartera de servicios para estos pacientes todavía se está elaborando por parte de las autoridades autonómicas. En principio, la idea sería abrir este año con 10 plazas y un taller de rehabilitación.
Cada usuario de DOA tiene un plan individual de rehabilitación que se revisa, se comenta con la familia y se modifica si hace falta, y un psicólogo de referencia. A partir de ahí se inscriben en actividades de terapia ocupacional, estimulación cognitiva, psicomotricidad, actividades deportivas y talleres de cerámica, jardinería, cartón piedra y enmarcado, entre otras.
