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DisCamino: Cuando lo que cuenta es la fuerza interior

El grupo ya asistió a clases de artes marciales adaptadas con los monitores que acompañan a una de las participantes.
photo_camera El grupo ya asistió a clases de artes marciales adaptadas con los monitores que acompañan a una de las participantes.

Javier Pitillas recorre el Camino de Santiago desde Vigo acompañado por cuatro personas con diferentes discapacidades

 Llevan tres días caminando y esperan llegar a Santiago el domingo por la mañana después de haber recorrido más de cien kilómetros. Son los peregrinos de DisCamino, el proyecto que comenzó a andar en 2009 para que las personas con diferentes capacidades pudiesen disfrutar del camino de Santiago. 
En esta nueva edición salieron de Vigo Edu y Juan David, los dos con paralisis cerebral; Ana, una gaditana con problemas de movilidad y que llegó a Vigo acompañada por un grupo de doce personas pertenecientes a la Asociación Anpehi, dedicada a divulgar y practicar las artes marciales con personas con algún tipo de discapacidad; y Carmiña, la veterana del grupo que con sus 60 años viaja en una bicicleta adaptada. Los otros tres peregrinos son transportados por los voluntarios de este proyecto cuya imagen más conocida es el sargento de la Policía Local de Vigo, Javier Pitillas.
 Todos salieron de Vigo el pasado miércoles y esperan hacer el recorrido hasta Santiago en cinco etapas. Una de las novedades será que la última, entre Padrón y el Obradorio, la realizarán de noche “para ver amanecer durante el camino. Fue una idea que nos propusieron los gaditanos y nos pareció estupenda”, comentaba Pitillas en plena marcha. Tres de los participantes son “primerizos” en el Camino, pero no por ello menos animosos a la hora de enfrentar la ruta. Como complemento a esta aventura, los integrantes de la comitiva gaditana ya dieron una clase de artes marciales adaptadas a personas con discapacidades en una de las paradas. 
El primero en hacer realidad el sueño de recorrer el Camino de Santiago fue el vigués Gerardo Fernández, un joven sordo-ciego que quiso que todos pudieran tener la oportunidad de disfrutar del viaje que él mismo llevó a cabo en más de una ocasión. Desde entonces, DisCamino ha logrado auténticos retos como los proyectos de unir Roma con Santiago, hacer en varias ocasiones el camino francés desde Roncesvalles, la ruta de la Plata, una de cuyas ediciones acaban de finalizar, o participar en pruebas como la de Soplao, con desniveles que transforman los 28 kilómetros de la prueba en una verdadera proeza deportiva y de superación. Este verano están previstas llevar a cabo seis rutas más.

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