NURIA CHINCHILLA Directora cátedra Mujer y Liderazgo de IESE Business School

“La dirección por presencia lleva a muchas mujeres a decir no gracias”

Para Chinchilla lo más urgente es cambiar los horarios.
photo_camera Para Chinchilla lo más urgente es cambiar los horarios.

 Nuria Chinchilla es profesora, investigadora y directora de la cátedra Mujer y Liderazgo de IESE Business School.

Esta semana estuvo en Vigo para ofrecer la conferencia “Mujer y Liderazgo: agentes del cambio en nuestra sociedad” en una jornada de Aloya en la que reflexionó sobre cómo apoyar el desarrollo del talento femenino, identificando los frenos e impulsores.


Como experta en mujer y liderazgo pone el acento en la mujer-madre.
Pongo de relieve la contribución que hacen las mujeres en el siglo XXI, frente a los anteriores que se ha visto la sociedad desde el punto de vista masculino y por tanto con un solo ojo se ve la mitad de la realidad, así que la misión de la mujer es completar esa visión y hacerla más amplia. El triangulo es familia-empresa-sociedad y estamos hablando de las dificultades que tienen las mujeres en los tres ámbitos con techos de cristal y de cemento. En este sentido la mujer ha sido un agente de cambio en la empresa, la mujer-madre porque es la que está legitimada por la ley para pedir las jornadas parciales y todas las medidas. Demostrando que no solo es posible sino que puede ser incluso más productivo.


Y tiene una fórmula.
En la visión que se tiene de las mujeres hay mucho subconsciente, porque comportamientos iguales están siendo juzgados de diferente modo, en el hombre en positivo y en la mujer en negativo. Así que veo necesarias tres “F” para avanzar y hacer un mundo sostenible, que son feminidad, familia porque todos somos parte de una realidad a la que nos debemos y sin embargo todo está pensado, desde la política y la empresa, para individuos que no tienen y ponen toda su energía en la empresa y cuando salen ya no tienen energía para construir familia y la tercera la flexibilidad, porque todavía hay directivos muy rígidos.


En el ámbito público la cosa parece un poco más igualitaria pero ¿qué está pasando en las empresas que las mujeres no llegan arriba? 
Por el techo de cristal y uno de los que ponen las empresas que es muy fuerte en España son los horarios. La dirección por presencia está llevando a las mujeres a decir no gracias o no puedan llegar.  El otro tema es el subconsciente, la visión masculina de lo que tiene que tener un directivo, hay mucha rigidez, tiempos largos de estancias, reuniones a las tantas de la noche y una serie de cosas que impiden la introducción de la mujer e ir a jornadas más productivas. Hay  hombres y algunas mujeres, que se han convertido en marimachos para llegar y han cogido una serie de tics masculinos negativos.


Después de tantos años estudiando la situación, ¿cómo ha visto la evolución?
Creo que estamos avanzando a marchas forzadas. Lo bueno es que hemos mejorado mucho porque la mujer y las nuevas generaciones se han puesto a luchar por la flexibilidad. La digitalización está permitiendo trabajar desde cualquier lugar y este fenómeno y las nuevas generaciones, que son nativos digitales, están reclamando que se les valore por objetivos y esto ayuda a que la mujer entre. También es cierto que algunas cosas no están yendo como deberían, como el tema de horarios, pero tampoco se ha tomado en serio el tema de la familia, porque España es el país que está dedicando menos dinero a que las personas puedan formar una familia y los que tienen hijos son héroes porque no hay apoyos. Miras al país vecino, a Francia,  que no tiene ese problema con dos hijos por mujer de media y en España estamos en 1,3, porque aquí es imposible trabajar fuera de casa y tener hijos. Todo lo que nos rodea nos dice que lo importante es una carrera y luego la familia. Creo que ahí nos estamos equivocando. No hay soporte como escuelas infantiles y en Francia tienen guarderías, una renta por cada hijo y muchas otras medidas.


¿La brecha salarial existe?
Tenemos que ir a ver cuál es el tema concreto, aunque se habla que está en el 20% la real es de un 14% porque la mayoría de las diferencias tienen que ver con complementos y ahí están más los hombres que las mujeres. No se puede generalizar, porque por ejemplo si hay más médicos que enfermeras es lógico que en ese colectivo sanitario cobren más los hombres que las mujeres. Eso no vale, hay que ir empresa por empresa y ver cada caso y eso es fácil de ver y si hay diferencias ahí es donde hay que actuar. En los casos en que se aplica el convenio colectivo no hay diferencias, pero cuando vamos subiendo hacia mandos intermedios la mujer negocia más a la baja que el hombre. Ahí está el problema.


¿Qué es lo más urgente?
Los horarios. Lo demás me parece secundario. Necesitamos mujeres con equilibrio en la vida, porque vemos mujeres que han llegado pero están solteras, no tienen hijos o divorciadas, esto no tiene sentido. Tenemos que mostrar referentes para que las jóvenes vean que es posible. n

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