ANTE EL DÍA DE LA MUJER

La deuda pendiente de la ciudad con sus pioneras

álbum del consello da culura galega, colecciones familiares y atlántico

Cientos de mujeres jugaron un papel importante para la sociedad desde Vigo a lo largo de su vida y aún  no  se les ha reconocido

 No hay un número exacto porque la historia olvida a las protagonistas femeninas. Sin embargo, desde la Edad Media existen referencias del protagonismo feminino en el desarrollo local, ya sea en la política, en el mundo empresarial, en las artes y la cultura, pero también en la ciencia y en el deporte. Así lo han comprobado en sus trabajos de investigación desde el medievalista Carlos Barros, a la investigadora Aurora Marco o más recientemente, Montse Fajardo, María Casar y Xoana Pintos en sus trabajos de recuperación de la memoria histórica.
Barros asegura que en el estudio de épocas históricas “el drama de la mujer está en las fuentes, por regla general los cronistas ocultan sus nombres y su labor”. Pone de ejemplo la lírica medieval, donde, asegura, a los sentimientos femeninos les ponían voz hombres como juglares.En la Edad Moderna viguesa de los pocos nombres que llegaron hasta la actualidad está María Figueroa, comerciante de pescado y tejidos con Inglaterra y Flandes. Llegó a fletar buques y se vio obligada a rescatar a su marido, Diego Pazos de Probén, que al querer hacerle la competencia fue apresado por los moros. Murió pobre en la Casa Ceta a principios del siglo XVI.
Esta historia también la recoge Aurora Marco, autora del, por ahora, único Diccionario das Mulleres Galegas. Se hace eco de otra coetánea de Figueroa, Isabel Vázquez, bordadora de oro, que realizó entre otras las casullas de terciopelo de la antigua Colegiata. Marco abordó esta publicación, editada en 2007 por Nosa Terra, tras comprobar el desconocimiento de las mujeres que firmaban textos de opinión y recibían premios en el XIX y comienzos del XX. Recopiló hasta 1975, porque consideró que con el fin del franquismo la visibilidad femenina aumentó. “Era necesario desvelar el legado de las gallegas, rescatar la herencia cultural que fueron capaces de crear en siglos pasados con el objetivo de reivindicar su peso histórico”, apuntó Marco. El logro de este trabajo, que deja “abierto”, es, según ella misma dijo “cubrir un vacío existente en la historiografía que tal vez permita ahondar y ampliar los horizontes de nuestra historia colectiva”. 
En total, recogió 1.800 nombres, de los que 94 pertenecen a viguesas, de nacimiento o de adopción.  Condicionada por las fuentes consultadas, dominan las represaliadas, artistas y cantantes de grupos como Saudade o Queixumes, así como deportistas, campeonas en distintas modalidades. Llaman la atención varios aspectos, el primero el gran número de jugadoras de élite del hockey hierba que había en torno a los años 30. Se debe a la fundación del club Atlántida por Luz Vizcaino Colomo y Anita Baker en 1932. También es anecdótico el elevado número de mujeres que bajo seudónimo o con su nombre real firmaban artículos en la revista “Galicia”, editada por Valentín Paz Andrade en los años 20. Como personajes individuales, destacan dos por su inusual trayectoria: Emilia Docet, (Vigo, 1915/1995) que sumó logros en el deporte, la participación en actos políticos y el título de Miss España en 1933; y María Araujo, que pasó de ser obrera de conserveras en Vigo a jugar un papel importante en la revolución cubana tras huir del franquismo.
Aunque el Diccionario incluye a la primera alcaldesa de Galicia (Concepción Pérez Iglesias, en Portas en 1925), no hace mención de las primeras concejalas viguesas en 1927, Margarita Losada Pardo y Agustina Álvarez de Rovira.

Primeras universitarias
Además del “Álbum de Mulleres”, desarrollado y enriquecido desde el Consello da Cultura Galega desde 2005 en la red, existen pocas iniciativas con un enfoque global. Aún así en los últimos años se promovieron investigaciones centradas en distintas facetas como las pioneras en las facultades de ciencias de la Universidade de Santiago, desarrollada por Xoana Pintos. En su tesis doctoral “As mulleres nos estudos  experimentais da Universidade de Santiago : 1910-1960” recoge que en 1910 se matricularon cinco mujeres en Farmacia, en 1920 pasaron a ser 12 en las tres carreras experimentales y en 1935, eran 148. Antes de esa fecha, tenían que presentar un permiso del Rey o de un ministro que les otorgase el derecho a matricularse como fue el caso de Manuela Barreiro. Según los datos recogidos por Pintos, de Vigo, entre 1924 y 1939, 21 mujeres iniciaron estudios en Medicina (4), en Farmacia (9), y en Ciencias (8). “En Letras y en Derecho había alguna más, pero en todas las titulaciones eran mal vistas por muchos porque consideraban que desprestigiaban la carrera, ya que todo lo que supusiese una competencia para el hombre era rechazado”. Así, Pintos asegura que las pioneras en la Universidad estaban muy estimuladas: “Procedían de familias progresistas, burguesas en su mayoría, que tenían interés en que sus hijas tuviesen una educación, entre las que estudiaban medicina sí existía el deseo de mantener una tradición familiar”. En las aulas no lo tenía fácil, ya que no todos los compañeros y docentes las recibían bien. “Sólo para ir a clase eran acompañadas por el padre o un hermano, en la facultad las recogía el bedel que las llevaba a una habitación donde se encerraban hasta que comenzasen las clases, entonces pasaba el profesor a buscarlas, las colocaba en su mesa o en primera fila para que tuviesen un contacto mínimo con el resto”. La mayoría ejercieron su profesión, hasta que se casaron o tuvieron hijos: “Muchas trabajaron, sobre todo hasta la Guerra Civil, a partir de ahí hay una barrera psicológica”, indica Pintos.


En su estudio incluye a varias mujeres relacionadas con Vigo, pioneras en la Ciencia como Olimpia Valencia, la primera licenciada en Medicina de Galicia, que abrió su consulta de Ginecología en Vigo, en la calle Príncipe.  Tras la República, sufrió represión en el franquismo no solo por su sexo, sino también por su ideología. Otro nombre importante fue el de Ángeles Alvariño, la primera mujer en participar en una expedición científica a bordo de un buque. Precursora en la investigación oceánica a nivel internacional, trabajó durante unos años en el Instituto Oceanográfico de Vigo. Entre sus logros está el descubrimiento de al menos 22 especies marinas.
 

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