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Las denuncias de maltrato animal se duplican en un año

La Guardia Civil rescató a varios perros maltratados y enfermos en Soutomaior.
photo_camera La Guardia Civil rescató a varios perros maltratados y enfermos en Soutomaior.

El Seprona detecta desde hace algún tiempo una mayor conciencia social ante casos de este tipo

 “Mi hijo está destrozado desde que murió el perro. “Golfo” era su compañero de juegos e iba con él a todas partes”, explica una vecina de Postemirón, en el municipio de Vilaboa, a quien el pasado mes de julio le mataron a su mascota a balinazos. Este es uno de los numerosos casos -no hay estadísticas fiables- que se registran todos los meses en la provincia. En este caso se presentó denuncia a la Guardia Civil de Cangas que inició ya la investigación, algo que a su vez destapó en la zona una serie de sucesos con la desaparición y muerte de perros y gatos en los últimos tiempos que habían permanecido silenciados por “miedo y porque aquí nos conocemos todos y la gente no quiere hablar”, explica la dueña de “Golfo”. Hasta el momento, y según asegura, “ya se presentaron otras dos denuncias por otros casos. Nuestra intención es que cosas así no queden impunes y no caigan en el olvido”.
Las denuncias de maltrato animal se han disparado en los últimos tiempos, llegado a duplicarse en relación al año pasado. De ser casos aislados y esporádicos, se han convertido en una actividad cotidiana de los agentes del Servicio de Conservación de la Naturaleza de la Guardia Civil /Seprona). "Se nota que hay una mayor conciencia en la gente y han aumentado las denuncias", explica el teniente Lago Lusquiño, resonsable máximo de esta unidad en la provincia.  
El cambio de tendencia también se ha dejado notar en el ámbito judicial. En junio del 2016 un joven era condenado en Vigo a tres meses de cárcel y año y medio de inhabilitación para el ejercicio de profesiones u oficios relacionados con animales, por matar a palos a un gato y tirarlo en un contenedor. La acusación particular la presentó la protectora Proyecto Gato. En Ourense la Fiscalía pedía en abril de este año 14 meses para un vecino de Ribadavia por ahogar a cinco gatitos recién nacidos con una manguera. El Ministerio Público de Pontevedra solicitaba recientemente un año de cárcel para el propietario de una yegua y su potrillo a los que dejó morir de hambre entre orines y purines en A Lama. 
“Debería haber más visibilización y mayor interés por parte de la sociedad en relación al maltrato animal”, asegura el psicólogo especializado en antrozoología (la relación entre el hombre y los animales) Roberto Estévez. Este profesional que ha intervenido en programas de recuperación de niños soldado de la guerra de Colombia con la ayuda de perros rescatados de la calle y adiestrados, define el maltrato como una acción “que requiere intencionalidad. La persona que lo infringe sabe que está causando dolor”, recordando además que cualquier ser vivo “al tener terminaciones nerviosas, siente el dolor. A muchos les sorprendería saber que las gallinas, por ejemplo, también tienen emociones, al igual que muchos otros animales con los que no tenemos el mismo grado de empatía”.
Uno de los mayores obstáculos con los que se encuentran los investigadores es el silencio. Nadie quiere hablar sobre otro vecino. Además, como explica Estévez, “para muchas personas las cosas siempre fueron así. Hay un componente cultural que condiciona la forma de pensar. No es lo mismo como se ve un perro en la ciudad que en la aldea, donde si no sirve, pues ya no es válido”. Un ejemplo es la situación que se vive en Postemirón, donde la mayoría de los vecinos “han preferido ignorar lo que pasaba. Nadie denunciaba hasta que lo hicimos nosotros”, explica la dueña de “Golfo”, que asegura que su perro “era un miembro más de la familia, un ser bueno e inteligente al que mataron para hacernos daño”.  

Una legislación fruto de varias reformas legislativas

 La actual legislación penal de ámbito nacional sobre maltrato animal es el resultado de varias reformas legislativas. Quedan protegidos todos los animales domesticados, no solo perros o gatos, y es de reseñar que el delito se comete tanto por acción (maltrato activo) cuando se le causa muerte, o grave menoscabo a su salud. Y también por omisión  como es no dispensar atenciones y cuidados, falta de salud o higiene, que produzcan un daño o sufrimiento considerable en el animal. Las penas van de 1 año y un día a 3 meses. n

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