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Debut vigués con el Ballet Imperial Ruso

Los mayores ensayaron ayer la coreografía de “El Cascanueces”, que compartirán con el Ballet Imperial Ruso. En la foto, con su profesor, Rubén Ventoso.
photo_camera Los mayores ensayaron ayer la coreografía de “El Cascanueces”, que compartirán con el Ballet Imperial Ruso. En la foto, con su profesor, Rubén Ventoso.

Treinta y dos alumnos del Conservatorio Coppelia participarán en el montaje de “El Cascanueces” que la compañía de San Petersburgo ofrecerá el primero de febrero en el teatro García Barbón

nnn “Super”, “impresionante” o “Increíble”. Así definen los alumnos del Conservatorio Coppelia su participación en “El Cascanueces”, el próximo 1 de febrero en el teatro García Barbón, junto a bailarines profesionales del Ballet Imperial Ruso. La compañía tiene un programa para implicar a las escuelas de danzas de los lugares donde actúan, invitándolos a participar. Esta es la segunda vez para el centro vigués, que ya se estrenó con otra colaboración en 2008. 

Rubén Ventoso, el profesor de danza, comenzó a preparar la actuación con un mes y medio de plazo: “Es todo un reto, porque los niños van desde los 6 a los 14 años y el sistema de trabajo es diferente”. Tienen varias intervenciones sencillas y otra más complicada en la que interpretan a los enanitos: “Tendrán que bailar durante tres minutos, solo lo harán los seis mayores”.
Los pequeños artistas redoblaron esfuerzos para dejar alta la representación viguesa. Además de sus dos horas semanales de clase, acuden todos los sábados por la mañana para ensayos colectivos: “Lo más difícil es el baile conjunto, que todos puedan coordinar los movimientos de forma rápida y limpia”. Para su profesor, el objetivo final es que sus niños “al subir al escenario consigan olvidar la técnica e interpreten al coreografía, que logren transmitir el cuento a los espectadores”.
Al igual que la coreografía que ya trabajan en la escuela, el vestuario con el que saldrán a bailar lo pone la propia compañía, pero la primera y única prueba será el mismo día de la actuación, al igual que el ensayo general en el teatro. Ninguno bailó en ese escenario, que afirman conocer muy bien.
Ventoso destaca la oportunidad que supone esta participación a nivel formativo, ya que “las compañías rusas son muy conservadores en la danza clásica, proporciona la base técnica para cualquier disciplina”. Emocionados y excitados, las promesas viguesas de la danza, desprenden energía por todos los poros: “Lo más gratificante es verlos a ellos, no paran, no siempre están tan motivados; esta es una oportunidad única para entrar en contacto con este mundo desde el backstage, en contacto directo con los bailarines”, reconoce el profesor, que asegura hacer esfuerzos para controlar sus nervios, pese a su experiencia en los escenarios. Así, Rubén Ventoso (Vigo, 1982) regresó a su ciudad hace dos años después de formar parte de una compañía da danza en Holanda. 
Su trayectoria profesional también incluye su paso por el Ballet de Víctor Ullate o la Compañía Nacional de Danza bajo la dirección de Nacho Duato.n

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