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El crisol cultural, espíritu del Camino, ya se siente en Vigo

Annie y Donald pararon a conocer la iglesia románica de Coruxo este fin de semana de camino a Santiago.
photo_camera Annie y Donald pararon a conocer la iglesia románica de Coruxo este fin de semana de camino a Santiago.

Una francesa y un australiano formaron parte de los peregrinos que este fin de semana llegaron por la ruta jacobea

 La ruta portuguesa por la costa trajo este fin de semana a Annie y a Donald, dos de los peregrinos que pasaron por la ciudad con dirección a Compostela. Su historia ejemplifica el crisol cultural que aporta el Camino de Santiago y que ya empieza a sentirse en Vigo. Ella, francesa, y él, australiano, se conocieron en Sidney, donde  reside desde hace algún tiempo una hija de Annie.
Donald, operador de cámara jubilado, se decidió a peregrinar a la tumba del apóstol por cuarta vez a sus 81 años. Ya recorrió en por dos veces la ruta francesa y culminó en una ocasión, la de vía de la Plata. Le sonó bien la propuesta costera por la franja atlántica. No quiere hacer comparaciones entre las distintas opciones porque “cada Camino tiene su historia y su encanto”, aunque destacó que en ésta se nota menos tradición: “No hay tanta dotación, ni servicios para los peregrinos”.
Tiene claro lo que significa para él hacer el Camino de Santiago: “Es la combinación del infierno y del cielo, hay dificultades, pero también grandes momentos”.
Annie, secretaria escolar retirada, con 64 años, se decidió a acompañar a Donald “por conocer nuevos paisajes y encontrar aventuras”. Marcaron como punto de encuentro Lisboa, de donde salieron hace  tres semanas, el 5 de mayo. Esperan llegar a Santiago como máximo en cinco días. “Nos marcamos 25 kilómetros cada jornada y lo llevamos bien”, asegura Annie, quien como única preparación cuenta con sus habituales salidas de senderismo.

El albergue y la señalización, materias aún pendientes

n n n Los dos peregrinos continuaron la ruta hacia Redondela, donde está el siguiente albergue, A Casa da Torre, sin tener un sendero definido a través de Vigo. Allí llegan los usuarios de las dos vertientes portuguesas, la de la costera y la del interior, que se inicia por Tui y bordea Mos. Esta última se ha convertido ya en la segunda con más usuarios, el 25 por ciento del total. La costera, la elegida por Annie y Donald, es ahora mismo la menos transitada; en 2016 apenas contó con medio millar de personas. Ahora, con el respaldo oficial, se espera  multiplicar la cifra hasta por diez este año. Entre las materias pendientes a su paso por la ciudad está la señalización y la apertura de un albergue, ya anunciado en el Casco Vello. Al margen de la opción institucional, sigue funcionando la propuesta de Luis Martínez (O do Freixo) en www.caminador.es, a través de los montes vigueses.n

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